El antiguo palacio donde la reina madre Emma vivió entre 1901 y 1934 es hoy el museo dedicado a la obra e influencias de Maurits Cornelis Escher en la Haya. El edificio se encuentra en pleno centro, tras el Parlamento, en la plaza del foso.
El museo acoge más de un centenar de grabados de la variada producción del artista: figuras imposibles, teselaciones, paradojas ópticas, poliedros, reflexiones, perspectivas, etc.
La obra de Escher se presenta vinculada doblemente a al-Andalus, una a través del artista gráfico sefardí Samuel Jessurum de Mesquita y otra por la fascinación por la Alambra. Mesquita fue primero maestro y después amigo hasta su asesinato en Auschwitz en 1944.
Las limitaciones de espacio de un palacete no se prestan a las espectaculares recreaciones de Escher que hemos visto en algunas de sus grandes exposiciones pero en cambio si muestran con gran cariño su obra e influencias en otros creadores.
La intensa presencia de la matemática en el arte del siglo XX solo es comparable a la que se produjo en los siglos XVI y XVII. Escher es uno de lo que encabeza esa indagación del espacio a través de la fusión del arte y la geometría.
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