Revista Educación

Negociar con la educación: el ‘bisnes’ del momento

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Negociar con la educación: el ‘bisnes’ del momento

Leía hace dos días la noticia de que un colegio público madrileño, situado en uno de los barrios más ricos de la capital española, se sostiene, no sin dificultad, gracias a la escolarización de los hijos e hijas de las empleadas de hogar de muchas de las casas de esas familias ricas que, por supuesto, envían a sus hijos e hijas a colegios concertados con dinero público. Considerarán muchas de esas familias que la educación pública no es para sus vástagos, que no tiene nivel y que mejor que se eduquen con niños de su nivel adquisitivo, sin duda, porque luego la vida es así: los ricos con los ricos, los pobres con los pobres y cada vez más pobres. Y para eso, la forma de segregar es poniendo cuotas, algunas desorbitadas, para evitar que los pobres no pueda acceder a esos centros y así no se relacionen en el ámbito educativo con los ricos. ¡Fantástico! ¿Siglo XXI?

Ya no es porque yo estudiara en un colegio público, con una fantástica educación, buen profesorado, compis estupendos y con unos resultados positivos. No. No es por eso. Ni siquiera es porque crea en la importancia de una educación pública inclusiva, que no segregue a niños y niñas según los ingresos de sus padres. No. Es ya porque me espanta la idea de una sociedad que no afianza, potencia, respalda, protege o fomenta los pilares básicos de un supuesto estado del bienestar en que vivimos: educación, sanidad, seguridad, servicios sociales...

Porque mientras nuestro país ha optado por impulsar el modelo concertado -subvencionado con fondos públicos pero con cuotas mensuales, aunque digan que son voluntarias- hasta situarse en los primeros puestos en Europa con menos educación pública , según datos de Eurostat, aquellos países con menores porcentajes de fracaso escolar han apostado precisamente por modelos públicos, Finlandia entre ellos.

La siguiente tabla elaborada por El País con datos del Ministerio de Educación habla por sí sola. El porcentaje del gasto en concertada sube con los años.

Negociar con la educación: el ‘bisnes’ del momento

Aún Canarias es de las comunidades autónomas con mayor nivel de alumnos de Primaria y Secundaria escolarizados en centros públicos, pero tengo muy presente el recuerdo de mis primeros días en la Universidad de Sevilla cuando decía que había estudiado EGB y Bachillerato en centros públicos: me miraban como si fuera una extraterrestre, en plan 'la pobre, sus padres no pudieron pagarle una buena educación, debe vivir debajo de un puente, tendrá una beca enorme para estar aquí'. Permítanme la licencia de esta pequeña exageración que acabo de describir, pero en aquel entonces me sorprendió muchísimo comprobar cómo muy pocos de mis compañeros y compañeras venían de la pública.

Y puedo llegar a entender, aunque no lo comparta, que una familia quiera un tipo de educación en valores religiosos o el último grito en bilingüismo para sus hijos. Nada que objetar a la educación privada; la familia que quiera pagar la educación de sus hijos porque considere que es mejor, pues que lo haga, pero con los impuestos de todos es una vergüenza el concierto de la educación y el negociazo que se montan muchos. Porque todo lo que va a la concertada no se invierte en la pública, la que pagamos todos y la que deberíamos defender por encima de ideologías, partidos y creencias.


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