Revista Libros

"NIEVE EN OTOÑO" de Irène Némirovsky

Publicado el 23 enero 2012 por Marianleemaslibros
La anciana Tatiana Ivanovna tiene 70 años y lleva 51 sirviendo a los Karin.
Los ha visto nacer, crecer, casarse, tener hijos, nietos, en su gran mansión muy cerca de Moscú.
La Revolución de Octubre hace que la familia deba huir, quedándose ella al principio custodiando sus posesiones, hasta que, obligada por el devenir de la guerra, acaba reuniéndose con ellos en París.
Aunque lo han perdido todo, la fiel criada sigue con la familia, compartiendo miserias, necesidades y penurias.
Poco a poco se van habituando...
"Empezaba a gustarles aquella ciudad y sus habitantes. En las calles, en cuanto el sol asomaba, se olvidaba uno de todas sus penas y el alma se aligeraba, sin saber porqué".
Todos excepto ella. La nostalgia de los viejos tiempos, la constante evocación de su mundo perdido, de su tierra natal, no la dejan adaptarse a su nueva vida, a su nueva situación.
Pasa el día recordando y recordando, en esa ciudad donde el otoño se le hace eterno y la nieve se demora en hacer acto de presencia...
"Cuando llegará el invierno de una vez? ¡Ah, Dios mío, cuánto hace que no hemos tenido ni frío ni hielo! Que largo es el otoño en este país. Seguro que en Karinovka ya está todo blanco y el río helado. Todos los días miraba el calendario que anunciaba el comienzo de Octubre y observaba con atención los aleros de los tejados. Pero seguía sin nevar. No veía más que la lluvia, los negros canalones y las secas y temblorosas hojas otoñales".
"Cuando viera nevar, todo habría acabado. Se olvidaría de todo. Se tumbaría y cerraría los ojos para siempre. ¿viviré hasta entonces?-- musitó".
Mi conclusión final
Esta novela tan corta (93 páginas) escrita además con letras grandes (vamos, que se lee en tres sentadas) me tocó en el sorteo que hizo "Carmen y amigos" en su blog. Es la primera y única vez que me ha tocado algo en un sorteo del mundo bloguero y la recibí con mucha ilusión.
Al sacarla del envoltorio, ya me decepcionó un poco lo fino y corto que era, me lo esperaba más gordito, pero tengo que reconocer que según iba leyendo, casi agradecí su brevedad y paso a explicar el porqué.
Es extraño lo que me ha ocurrido con esta obra...
Es muy probable que mi estado de ánimo en los días que duró su lectura, influyera bastante en mi percepción del libro, pero es cierto que me ha decepcionado.
No es que esté mal escrito, no, todo lo contrario. la autora tiene una forma muy peculiar de escribir, con un estilo muy bonito y agradable, pero que a mí me transmitió mucho y nada a la vez, es decir, pocas cosas con muchas palabras.
Y cuando por fin lo terminé, me quedó la sensación de que no me había contado mucho más de lo que ya había visto en la sinopsis de la contracubierta, de lo que ya sabía.
Pero hay algo de lo que estoy bastante segura y es que le daré otra oportunidad a esta autora, porque creo que se lo merece, porque su biografía me ha calado muy hondo y porque algo dentro de mí me dice que si lo hubiera leido en cualquier otro momento, en otras circunstancias, mi reseña de "Nieve en otoño" hubiera sido muy distinta
Algo sobre la autora

Novelista nacida en Kiev, en 1903, en el seno de una familia de origen judío, educada por una institutriz francesa, porque su madre no quería saber nada de ella. Escribía sus novelas en francés, aunque dominaba varios idiomas.
En 1918 tuvieron que escapar de la revolución rusa, asentándose finalmente en Francia en 1919. Licenciada en Letras por la Sorbona, comienza a escribir a los 18 años.
En 1926 se casa con Michel Epstein, con el que tiene dos hijas, Denise y Élisabeth. Instalados en ParísEn 1929 envía su primera novela "David Golder", a la editorial Grasset sin firma ni autoría, por temor al rechazo. Pero lejos de esto, el editor tuvo que poner un anuncio en los periódicos para poder conocer a la audaz y brillante autora.
En 1930 escribe "El baile",una obra maestra, que obtuvo la adaptación al cine.
Aun siendo una escritora de reconocido prestigio en Francia, el gobierno le denegó la nacionalidad por motivos antisemitas. En el 39, toda la familia se convirtió al catolicismo, pensando que eso les faciliitaría la vida, sobre todo a sus hijas.
En 1940, debido a la promulgación de unas leyes contra los judíos, su marido tiene que dejar el trabajo de banquero y a ella le prohíben publicar. Se refugian entonces en Issy-l'Évêque, junto a sus hijas en 1939, en la casa de la familia de su niñera.
Allí Irène se dedicó a escribir unos manuscritos que siempre llevaron sus hijas consigo y que vieron la luz varias décadas después. Entre ellos "Suite francesa", una crónica en directo de lo que estaba ocurriendo ante sus narices y que no pudo finalizar al ser capturada por los nazis.
En 1942 fue deportada a Auschwitz, falleciendo ese mismo año de tifus, unos meses antes que su esposo en la cámara de gas.
Como podéis ver, la biografía de Iréne Némirovsky no tiene desperdicio. Una víctima más de la barbarie nazi contra los judíos. ¡Que final tan triste para una gran escritora!
Todos sus libros, con sus fechas de publicación:
  • El vino de la soledad 2011
  • Nieve en otoño 2010
  • El caso Kurílov 2010
  • Un niño prodigio 2009
  • El maestro de almas 2009
  • El ardor de la sangre 2007
  • Suite francesa 2004
  • Los perros y los lobos 1940 (2011)
  • El baile 1930
  • David Golder 1929 (2006)

"Los perros y los lobos", fue la última novela que Irène Némirovsky publicó en vida, en 1940 y ha sido reeditada en España este pasado 2011, por la editorial Salamandra.
Aquí os dejo un artículo del diario El País bastante reciente (Abril 2011), titulado NÉMIROVSKY INAGOTABLE, que me parece interesante.
Tatiana está muy cansada, sólo desea que nieve para descansar en paz.
Un día se despierta y:
"Una niebla blanca y opaca inundaba el patio, pero a sus cansados ojos les parecía nieve. La miró largo rato con embeleso infantil y al mismo tiempo sobrecogedor, demencial". Habiendo perdido totalmente la cordura, sale de la casa y comienza a andar sin rumbo por las calles. "Por un instante recobró una pizca de juicio, vio con toda nitidez la niebla y el humo que iban disipándose. Pero fue sólo un momento. Inquieta y cansada siguió avanzando encorvada, hasta llegar por fin a los muelles. El Sena desbordado cubría las orillas. El río está helado, --se decía. En esta época del año tiene que estarlo... Creía que bastaba con cruzarlo, que Karinovka se encontraba en la otra orilla. Sin embargo cuando llegó abajo, el olor del agua la sorprendió al fin. Estupefacta y colérica, dio un respingo y a continuación siguió bajando a pesar de que el agua le inundaba los zapatos y empezaba a empaparle la falda. Únicamente recuperó por completo la razón, cuando le llegó hasta la cintura. Congelada quiso gritar. Mas sólo le dió tiempo a santiguarse. A continuación dejó caer el brazo: estaba muerta. Antes de desaparecer, el menudo cadáver flotó unos instantes como un rebujo de trapos absorbido por el negro Sena"

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