Revista Educación

No me estén insultando

Por Siempreenmedio @Siempreblog

No me estén insultando

Leo con estupor… (caramba empezar a escribir así da cierto tinte a uno de feroz intelectual que incluso lee) en los medios de comunicación que algunos políticos despechados de sus correspondientes partidos tardan menos que lo que tardan dos peces de hielo en un wisky on the rocks en crear nuevas formaciones políticas que los amparen. No porque se sientan solos de apoyo ideológico, no porque pierdan el norte moral y ético que los guía en el proceloso mar de las ideas, sino porque de aquí a mayo, que es nada o menos, vean peligrar sus asientos confortables en las instituciones a las que han llegado de mano de otras siglas.

Mil veces he escuchado (casi siempre en los bares que es donde uno escucha diatribas interesantes) la discusión aquella de los plazos máximos en los que un gobernante debía estar en “el machito”. Me parecía lógica, incluso necesaria, la controversia y la medida correctora de años representativos. Pero como en este país casi siempre discutimos en los bares lo que luego no cumplimos en las urnas, el resultado lejos de ser el propuesto miles, millones de veces, suele ser el contrario.

De cara a los comicios en puertas, varios dirigentes políticos canarios ya han optado por romper esos lazos tan fuertes que los unían a las disciplinas de sus organizaciones, y alzando la voz en un rotundo “o conmigo o si mi”, han demostrado que la palabra democracia trasciende, en algunos casos, a los números del documento nacional de identidad.

Y para que el pueblo no sienta la pérdida, el abandono o el desapego a sus orondas carátulas, anteriores y posteriores, en algunos casos de más de 20 años (que aunque el tango diga que no son nada, pero sí) agarrados fieramente al bastón de mando, y habiendo perdido incluso el refrendo de sus asambleas, deciden “crear” nuevas siglas con las que poder seguir optando a un calorcito institucional.

Me parece vergonzoso, no que estos individuos lo hagan, sino que nosotros se lo permitamos. Y me parece más vergonzoso, que ellos crean que pueden ser los únicos con capacidad para gobernar y dirigir. Y me parece vergonzoso en extremo que aún mis iguales sean capaces de votar una papeleta con sus nombres.

Que un político opte a más de dos mandatos o legislaturas a cualquier puesto público es un insulto para la democracia. Y que encima lo haga bajo banderas distintas es un insulto para los votantes.

Y termino: a mi no me estén insultando, aviso.


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