Revista Psicología

No seguir dando pasos atrás

Por Yanquiel Barrios @her_barrios
No seguir dando pasos atrás No seguir dando pasos atrás

No es un secreto para nadie...la indisciplina social sigue en aumento.Cualquier persona bota desechos en plena vía pública - lo mismo una lata de refresco que tres sacos de escombros...- y no pasa nada. Cualquiera pone a diario, la música que se le antoja, con un volumen que daña el sistema nervioso de todos los vecinos y no pasa nada... Prolifera el egoísmo, la falta de cultura, de educación, de buenos valores, mucho se habla de ello en los medios de comunicación. Lo cierto es que ni comunicadores, periodistas, ni psicólogos podemos hacer mucho con todo aquel sector de la población que sigue insensible al llamado, a la necesidad de una adecuada convivencia social.Se requiere entonces una voluntad de país que además de conminar, le salga al paso a estos males, con regulaciones, multas y sanciones.No hay otra opción. La impunidad es la mejor invitación para que otros se sumen al atentado hacia el bienestar colectivo.

Mucho se habla también de los niños, adolescentes y jóvenes...qué mal están, qué poca educación, qué irrespetuosos.¡Cómo si hubieran nacido así! Ellos son siempre el resultado del tiempo que nos hemos tomado en su formación, de los patrones que les hemos dado para imitar.

No seguir dando pasos atrás

Son muchas las aristas visibles de un mal trabajo en la crianza de los hijos:

  • madres y padres que no cumplen con su responsabilidad de educar porque sencillamente no están el tiempo suficiente a cargo de sus hijos o compartiendo la vida con ellos
  • madres y padres que apoyan y justifican las malas conductas, incluso desacreditan a maestros y a la escuela como institución
  • madres y padres que tratan con total permisividad o ligereza hasta indisciplinas graves como no querer escribir en clases o hurtar dinero en la casa
  • madres y padres que enseñan a mentir...y luego se sorprenden cuando el hijo miente
  • madres y padres que no son ellos mismos modelos de buena conducta; para decirlo más simple: el que molesta al vecindario con su ruido musical o arroja basura a la calle, es la madre o el padre de un niño.

Pero cuando esos infantes mal formados arriban a la escuela, esta institución debería tener las condiciones y capacidades morales para colocar sus propias normas y llamar a la responsabilidad familiar, exigir respeto de los niños y muchas veces también de los padres. Hoy presenciamos fisuras de la Escuela como institución, para actuar como muro de contención ante estas problemáticas en aumento. Hoy incluso, lamentablemente, a veces es poca o deformada la educación en la propia Escuela.

Todo esto es parte también de lo que somos como nación, nos define, nos identifica. Y repercute directamente sobre el bienestar social, familiar y personal. No seguir dando pasos atrás debe ser un imperativo.


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