Revista Psicología

Norte, sur, este y oeste

Por Rms @roxymusic8

Estos cuatro sustantivos que me sirven de título son archiconocidos para todo el mundo y, me atrevería a decir, dan seguridad a todo aquel que se halle perdido. Son puntos de referencia para situarnos en un mapa, en un terreno, en un país, en una carretera e incluso en nuestra propia casa. Al igual que tenemos estos puntos cardinales que nos sitúan en todas esas circunstancias, necesitamos nuestros puntos de referencia en la vida. Hay quien quiere que estos sean personas concretas, hay quien prefiere que sean personas famosas, hay quien se contenta con que sean organismos e instituciones y los hay, también, que no han pensado para nada en esto y si lo han pensado, se contentan con ser su propia referencia. Como veis hay gente para todos los gustos, pero lo más importante es hacerse la pregunta personalmente. Yo, ¿necesito puntos de referencia en mi vida? Quizá nos sea más fácil responder a esta pregunta si concretamos lo que es un punto de referencia y para qué nos sirve o en qué nos beneficia.

Me acordaba de todo esto por un viaje que he realizado recientemente. Tenía que coger un par de aviones en países diferentes y alquilar un coche para conducirlo por carreteras desconocidas. Todo esto me llevó a buscar seguridad en los carteles de información por todo el aeropuerto y en el GPS incorporado en el coche. También contaba con la compañía de las personas que viajaban conmigo que, en casos como estos, te refuerza la seguridad y te hace sentir que no eres el único enfrentando nuevos ambientes fuera de tu zona de confort personal. Hay cierta dependencia a estos puntos de referencia porque sin ellos estamos perdidos, pero también pensaba que es una forma de poder movernos libremente sabiendo lo que queremos o buscamos. Como he dicho, son sólo puntos de referencia que utilizas para ubicarte, no lo son todo. Son como el principio de algo que después de situarte te lleva a algo más. Al final, sólo necesitamos elegir nuestro destino, leer las señales y carteles de nuestro alrededor, interpretarlos correctamente y realizar un movimiento o una acción que nos lleve a él.

Más o menos puede quedar claro lo que es un punto de referencia, pero como me gusta mucho conocer el significado de las cosas, he buscado en Google su deficinión y me he encontrado con estas dos acepciones que me sirven para seguir desarrollando lo que quiero expresar. Un es: "Cosa o persona que sirve de modelo en el desarrollo de una acción o en la vida de una persona". Me ha gustado el matiz de emplear la palabra desarrollo porque precisamente quería hablar desde esa perspectiva. Durante nuestra vida y para nuestro crecimiento y madurez, necesitamos de modelos, de referencias, de personas que hayan vivido lo que a nosotros nos toque vivir en esa etapa. ¿Para no errar? No. ¿Para acertar? No. Entonces, ¿para qué? Para movernos con confianza, sabiendo que otros han pasado por ahí. Para atrevernos a dar el paso. Para, simplemente, vivir de acuerdo a nuestra condición y libremente. Errar o acertar no es el objetivo ni relevante aquí. Podemos errar y acertar. Comenzar y recomenzar. Todo será un aprendizaje. Lo importante es crecer, dejando que nuestra vida y persona sigan desarrollándose a su ritmo y siendo lo que son sin dobleces.

Esto último me lleva a la segunda definición que se centra en la palabra referencia: "(...) permite establecer un nexo entre una cosa y otra". Hablaba de tener personas que hayan pasado por la etapa en la que estemos a punto de entrar o que hayamos iniciado recientemente porque buscamos esa conexión entre sus vidas y la nuestra. Ese nexo que nos hable de seguridad, de conocimiento, de experiencia. Ese vínculo que nos permita sentir una pertenencia y ser conscientes de nuestra vida. ¿Y dónde buscamos esa referencia? Depende de la vida que tenga cada uno, pero siempre se centra en la vida personal. Quizás el primer ámbito sea la propia familia porque ahí es donde se desarrollan nuestros primeros años de existencia y donde necesitamos referencias para (sobre)vivir. Entonces nos fijamos en nuestros padres o hermanos mayores y quizá en nuestros tíos. Cuando siguimos creciendo y vamos al colegio, instituto o universidad puede que dejemos a un lado a nuestros familiares y busquemos ese punto de referencia o esa seguridad en un profesor o en nuestro compañero de clase e incluso en lo que esa institución nos reporte. Y cuando ya hayamos dejado atrás la etapa académica y nos enfrentemos a nuestra vida, los puntos de referencia pueden ser diversos, pero seguro que aparecen dos nuevas personas en nuestra vida o una nueva familia con nombre de comunidad, grupo o asociación.

A medida que vamos creciendo y madurando, esos puntos de referencia ya no los buscamos con tanto ahínco o no nos empeñamos en localizarlos fuera de nosotros. Ahora en lugar de estar fuera, en algún sitio o persona ajena a nosotros, se encuentran dentro de nosotros. Los hemos ido interiorizando durante el camino de la vida recorrido y, tras lo aprendido, conocido y experimentado, hemos conquistado nuestra propia confianza y autoestima. Hemos asentado el norte. Quizás ahora esos puntos de referencia seamos nosotros mismos para otras personas que se encuentren en una etapa anterior a nosotros. ¿No es asombroso? Para que siga siendo así cada uno de nosotros tiene que tomarse en serio su caminar en este vida.


Volver a la Portada de Logo Paperblog