Nuevos horizontes

Hace unos días, tomando un cortado vespertino en mitad de la jornada laboral, eché un vistazo a la última página de un periódico local que contenía una entrevista a la juez, Purificación Pujol, sobre el último libro que ha escrito: Un divorcio elegante o cómo desenamorarse con estilo (Grijalbo).

Reconozco que el hecho de que la obra esté prologada por Isabel Preysler, amiga de la autora, me produjo un rechazo instantáneo, pero aún así seguí leyendo porque la frase escogida para el titular me dejó pensando: ”No hay que buscar una buena pareja, sino un buen ex”. Añade Pujol, con acierto a mi juicio que “nos podemos separar de un marido, de una novia o de una pareja de hecho pero, ¿y de un ex? No podemos, un ex es para toda la vida”. Sin tener que plantearse a priori una futura separación, creo que la entrevistada acierta de pleno. Es muy probable que quien ha sido una buena pareja sea un buen ex.

Ahondando en el tema del divorcio o separación, situaciones que parecen multiplicarse últimamente, apunta también  que, a pesar de que todos busquemos una media naranja para siempre, la realidad nos lleva a “tentativas fallidas, proyectos que no llegan a buen puerto”, una situación que conduce a los protagonistas a enfrentarse a la realidad con frustración y decepción, recomendando esta abogado de familia “no dramatizarlo más y asumir que se trata de un paso natural en la vida”.

Termino con una de las frases de Purificación Pujol que pudiera ser de utilidad a personas que me importan: “¿Y después? Sobre todo enfrentarse con salud al nuevo horizonte, dejar atrás el pasado definitivamente porque solo así podremos abordar con decisión y optimismo nuestra nueva vida”.