Revista Educación

Ojos de hielo

Por Siempreenmedio @Siempreblog

En este mundo frenético de estrenos continuos a veces las buenas películas, aquellas que recogen premios y gozan de la positivas críticas de expertos y público, quedan diluidas en el paso del tiempo. Por fortuna, tenemos la palabra y esta inmensa Red para recordarlas. impactó a Argentina, país donde se sucedieron los hechos narrados, y a multitud de países en 2015. Dirigida por Pablo Trapero, esta película resulta siniestra por cuanto muestra, con toda la negrura posible, lo que muchos ojos cuentan, la crueldad sin conocimiento de serlo, la infamia que se produce porque se cree en posesión de la verdad y de todos los derechos. El Clan Puccio era una familia numerosa encabezada por el patriarca Arquímedes, miembro del Servicio de Inteligencia de la dictadura de Videla, que, a principios de los años ochenta, ejercía la normalidad de cara a la galería, mientras en el sótano reinaba el horror. Es ese discurrir habitual de los hechos, esos desayunos en familia, esos deberes corregidos, esa mirada del actor que interpreta a Arquímedes Puccio, Guillermo Francella, que azota con una mirada fría, que cree que todo lo que hace es por la familia, que ellos son los que tienen la razón, lo que produce tanto pavor. Patria, familia, banderas, que se escogen como excusa para ocultar una incapacidad total de empatía, de pensar en el bien ajeno, de salir del propio charco donde el alma hace tiempo que se ha helado.


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