Revista Educación

París en soledad

Por Siempreenmedio @Siempreblog

París en soledad

16 octubre 2013 por prosperaenmedio

Cuando estoy sola me gusta escuchar música, ese estado de aislamiento que me proporcionan los cascos de un reproductor de música, sea cual sea, me induce a entrar en una especie de meditación. Esto suele estar combinado con la acción de caminar y ésta, a su vez, con la de llevar gafas de sol. Así que oír música, caminar y llevar gafas de sol, todo junto, me aíslan del mundo, me proporcionan seguridad y me permiten disfrutar de ese tiempo de una manera particular. Ya comenté alguna vez que esto para mí es una terapia. Pero además puedo vivir los lugares, los momentos y las experiencias de una forma especial, como si nadie me viera y mi invisibilidad fuera un refugio.

Mi primera vez con este tándem fue en un viaje a París. Mi compañero de viaje iba por trabajo y eso me permitió vivir gran parte de la ciudad en soledad. Aunque, si soy sincera, estuve escoltada en todo momento por Yann Tiersen, un magnífico camarada que convirtió mi visita en una

Té en el Barrio Latino. Foto: MSA
impresionante experiencia con banda sonora original. ¿Se imaginan lo que es pasear por París con música de fondo como si fuera la mujer invisible? Hubo quien se escandalizó por mi atrevimiento, “¿Sola en París? ¡Estás loca! ¿No te da miedo?” Pero si soy invisible, nadie me ve, nadie me oye…

Pasear por el Sena y el D’Orsay, comprar un falafel en el Barrio Latino y comerlo en Notre Dame. Visitar el Pompidou y Les Halles, el ambiente y la gente pasando sin verme. Levitar por el Louvre, la Venus de Milo, la Victoria de Samotracia, el Escriba Sentado y el Sarcófago de los Esposos. Me dejé llevar por El Marais y el Barrio Judío. Unos crepes en la Plaza des Vosges y pasear, fluir y sortear parisinos…


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