Perfect day

Hay días que son puñales

con la cirujana precisión de lo acontecido.
Esquirlas vulgares de sol precipitándose
sobre campos de arroz anegados de pájaros blancos.
Hombres en sillas de ruedas con el logo
I´m a Rolling Stone.
Personas aquejadas de mal de altura a ras de suelo.
Hay días como cristales hendidos en uñas.
Días compuestos de fragmentos
de cosas rotas innombrables.
Hay días de obispos entrenadores políticos
rasgándose las investiduras.
Días como conversaciones de ascensor por whatsup.
De charcos de tedio derramándose por las piernas
de monjas de usura.
Hay días que amañan la victoria de los suicidas providenciales.
Días al salario del hálito de bostezo.
Días en que la nitidez del acuario
permite ver los rostros al otro lado
sonrientes satisfechos de nuestra ignorancia de rémora.
Días como pollos puestos a secar en e el tendedero
por los nuevos vecinos chinos.
Días en que deambulo hoteles aeropuertos estaciones de autobús
regodeándome en todas las formas de yo
que nunca llegaré a ser.
Días en los que el mármol de las lápidas me seduce
con jadeos de sirena sobre el capó del coche patrulla.
Hay días que amanecen con intención de luto esquilmado.
Días que tan solo son puentes hacia naufragios de días similares.
Días que son visitas turísticas a fábricas de cemento
que hieden a oficina de agencia de seguros dubitativa.
Días en que te aferras al menos a una canción. 
You just keep me hanging on
You just keep me hanging on
You just keep me hanging on
You just keep me hanging on