Cuando en 1989 nació una serie animada para adultos llamada Los Simpson, dudo que sus guionistas predijeran que seguirían creando contenidos nuevos más de treinta años después. No tengo ni la más remota idea de por qué yo, con mis doce años, no vi esta serie. Ya sabemos que lo de dirigido a adultos no se cumple siempre y Los Simpson quizás fuera más una propuesta familiar, en la que, como ocurre con muchas películas de Pixar, niños y mayores se ríen y/o emocionan en diferentes momentos. Lo que sí sé hoy, gracias al programa de A Ciencia Cierta, que dirige Antonio Rivera, que me perdí la oportunidad de aprender mucho con sus episodios. En uno de los episodios de su podcast, se revelan las explicaciones matemáticas y guiños científicos que se muestran en numerosas películas y series, entre ellas, Los Simpson.
La producción animada se ha hecho famosa por supuestas predicciones (que con 32 temporadas mira si hay ocasiones de acertar) y no por lo que debería: divulgar matemáticas, física y química, entre otras materias, sin que te des cuenta, algo muy importante para quienes crecimos con una innecesaria fobia a las ciencias. Más allá del célebre "multiplícate por cero" de Bart Simpson, resulta que, desde el más tierno episodio 2 de la lejana primera temporada, se plantean problemas matemáticos con clara aplicación práctica. Yo nunca pensé que diría esto, pero después de oír el maravilloso programa de A Ciencia Cierta, Las Matemáticas en el Cine y en las Series, debo reconocer que me arrepiento de no haber visto nunca los Simpson. Quizás sea una suerte y ahora pueda disfrutar de cada capítulo con otra perspectiva. Lo mismo hasta consigo resolver algún problema con fundamento. ¡Quién dijo miedo!
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