Revista Educación

Por qué quisimos ser Jo

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Por qué quisimos ser Jo

Fue un clásico navideño para mi generación (que parece ser es la X), no sólo como versión cinematográfica sino como libro que los Reyes Magos depositaban en nuestras casas, en ediciones edulcoradas, con portadas de la madre y las cuatro hijas, hermosas, perfectas, delicadas, con un árbol de Navidad impecable de fondo: Mujercitas. Pero en sus páginas explotaba un personaje femenino revolucionario, una Jo, niña de quince años que quería ser escritora, que no deseaba vestirse siempre como se estilaba en la época, que se peleaba por tener las mismas oportunidades que su vecino, bendecido con la condición de ser hombre, con todas las ventajas que eso conllevaba (sobre todo en la época victoriana en la que se publicó la novela).

Yo caí rendida ante Jo. Ya quería, antes de conocerla, contar historias, y me había atrevido a modificar los finales de un par de cuentos clásicos, además de volver loca a mi profesora de Preescolar, que pensaba que estaba leyendo como una niña grande, porque me plantaba delante de un libro y empezaba a inventar. Pero Jo fue mi primer personaje femenino. Rodeada de novelas de aventuras protagonizadas siempre por niños y de historias en las que a la mujer se le asignaban los papeles más aburridos (como esperar encerrada en una torre durante años), Jo fue para mí lo más cercano a Lara Croft.

Claro que Mujercitas está llena de estereotipos y un exceso de azúcar, pero abría un camino, te explicaba que esa joven rebelde, que desea entender, estudiar y escribir, podía existir. Es cierto que también te advierte de su soledad, de la incomprensión de los otros. Esa falta de entendimiento también hizo sufrir a su autora, Louisa May Alcott, que vio cómo un número imposible de ignorar de lectoras le pedían, una y otra vez, que Jo se casara al final, aunque el personaje hubiera manifestado su total rechazo a dicha institución. May Alcott tuvo que claudicar. En Estados Unidos se publicó la historia en dos novelas, mientras que en Europa al llegar un único volumen, no se dio opción a solicitar finales. En todo caso, la escritora se sintió tan presionada que hizo pasar a Jo por el altar, pero en la pareja escogida se encuentra su propia venganza. Y hasta aquí puedo leer, no vaya a destripar el final de la historia, si es que existe alguna persona que aún no lo conozca.

Termino con una recomendaciones, lean este divertido artículo sobre la inmensidad de portadas que se han diseñado para Mujercitas. Y yo que sólo recordaba la navideña.

Por qué quisimos ser Jo

Una de las series de portadas azucaradas que recabaron en unlibroaldia.blogspot.com y que demuestran que las hermanas no tenían espacio propio y sus vestidos debían estar cosidos los unos a los otros.


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