Revista Ciencia

Pruebas para evaluar ansiedad: listado y descripción

Por Davidsaparicio @Psyciencia

Uno de los trastornos mentales más comunes en el mundo entero son los relacionados con la ansiedad. Por esta razón, su evaluación se ha convertido en el objeto de estudio de muchos especialistas.

Y es que parece que a medida que avanza el tiempo también lo hace la ansiedad como parte de la dinámica de vida actual, lo que se ha traducido en diversos problemas de salud mental, llegando incluso a afectar la salud física. 

Existen actualmente diversas escalas e instrumentos para evaluar la presencia y los niveles de ansiedad en las personas.

Escala de ansiedad de Hamilton (HAS)

Uno de los instrumentos clínicos más utilizados para evaluar la ansiedad es sin lugar a dudas, la escala Hamilton, que consta de 14 ítems que se puntúan del 0 al 4 dependiendo de la intensidad con la que se experimentan los síntomas por parte del paciente. 

Pese a haber sido diseñada en 1959, sigue siendo hoy en día uno de los test más fiables para determinar los niveles de ansiedad y cómo se experimenta la misma. Para 1969, Hamilton realizó una mejora al test, al hacer una distinción con respecto a los síntomas somáticos de la ansiedad, dividiéndolos en sensoriales y somáticos.

Para Hamilton era importante comprender cómo experimenta el paciente la ansiedad para poder así realizar un abordaje terapéutico asertivo para su tratamiento. Teniendo en cuenta siempre que las personas no experimentan la ansiedad de igual manera que los demás, sino que cada caso es particular. 

Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA)

Desarrollada en 1986 por Antonio Cano Vindel y Juan José Miguel Tobal, ambos profesores pertenecientes a la Universidad Complutense de Madrid, esta escala consta de diversas situaciones que pueden ser detonantes de niveles de ansiedad junto con respuestas relacionadas a la sintomatología experimentada.

Se evalúa la ansiedad tomando en cuenta los aspectos cognitivos (es decir los pensamientos), lo físico (síntomas relacionados a la ansiedad como taquicardias, sudoración, etc.) y lo conductual (y motor). Si bien es un test que se realizó para la población a partir de los 16 años, este test cuenta con adaptaciones para otras edades, y además, se encuentra disponible en más de 12 idiomas. 

Se trata de un test muy efectivo para la evaluación de la ansiedad que ha demostrado ser confiable para determinar la presencia de trastornos relacionados. Durante su aplicación se ha comprobado que los individuos con y sin problemas relacionados a la ansiedad obtienen puntajes diferentes, incluso aquellos con otras patologías de base.

Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI) 

Publicado en el año 2002 por R. L. Gorsuch, R. E. Lushene y Charles Spielberger, este cuestionario evalúa la ansiedad desde dos puntos de vista: como rasgo y como estado, a través de 40 ítems estratégicamente diseñados para este fin. 

Esta prueba tiene la ventaja de ofrecer información no solo acerca del nivel de ansiedad que se experimenta, sino también del tipo, comprendiendo que la ansiedad como estado se trata de algo transitorio que se experimenta durante un tiempo determinado, mientras que cuando se habla de rasgo se refiere a algo más estable y permanente. 

La prueba pasó por diversas revisiones y mejoras, hasta que para el año 2011 se llegó a una versión definitiva que ha demostrado ser muy eficiente para medir los niveles de ansiedad. Esto ha resultado en que STAI se convierta en uno de los test más confiables para los especialistas de la salud mental.  

Inventario de Ansiedad de Beck (BAI)

Desarrollado en el año 1988, este test fue creado por Aaron Beck y consta de 21 preguntas, formuladas con la finalidad de valorar los síntomas somáticos que se relacionan a la ansiedad que se encuentran presentes en la persona.

Está diseñado para evaluar a adultos y adolescentes y cada ítem consta de 4 opciones para su puntuación que van desde 0 para referirse a la ausencia completa del síntoma hasta el 3 que se refiere a un nivel de intensidad muy fuerte.

Evalúa 4 aspectos importantes para determinar no solo el nivel de ansiedad sino también la manera en la que se experimenta la misma, a través de una apreciación subjetiva, neurofisiológica, a nivel de sistema autónomo y los niveles de pánico.  

Inventario de Escala de Autoevaluación de la Ansiedad de Zung (EAA)

Creado en 1965 por William Zung su escala de autoevaluación de la ansiedad, se trata de un instrumento diseñado para estimar e identificar los niveles de ansiedad presentes en el evaluado, así como la intensidad con la que se experimentan los síntomas relacionados. 

Para el año 2001, Luis Astocondor hizo una adaptación del test para su aplicabilidad en adolescentes y adultos que se sigue utilizando con frecuencia hoy en día. Se trata de un test que cuenta con 20 premisas presentadas en forma de relatos o de informes en los que se encuentran situaciones y síntomas relacionados a la ansiedad.

Está realizada con un lenguaje muy sencillo y fácil de comprender para que el test sea accesible a todas las personas. Cada enunciado cuenta con 4 opciones para seleccionar que indican la frecuencia o intensidad con la que se identifica la persona con lo relatado en los ítems.

Aspectos a tener en cuenta

Es importante tener en cuenta que muchos de estos test (no todos) se encuentran disponibles en la web, por lo que cualquier persona puede tener acceso a ellos y aplicarlos con relativa facilidad y sin tener formación al respecto. Sin embargo, el diagnóstico de algún tipo de trastorno puede ser realizado única y exclusivamente por un profesional de la salud mental.

Los test de valoración sirven como una especie de guía para saber lo que sucede con el paciente, lo que siente y experimenta pero no constituyen de manera alguna un diagnóstico definitivo.

Se requiere de la valoración de un profesional capacitado (psicólogo o psiquiatra), para poder tener certeza de la presencia de algún tipo de trastorno. Si has experimentado altos niveles de ansiedad y este es un tema que te preocupa, por favor busca ayuda de personas facultadas en el tema.

Referencias bibliográficas:

  • Buela-Casal, G. y Sierra, J.C. (1997). Manual de evaluación psicológica. Ed. Siglo XXI. Madrid.
  • Cohen, R.J. & Swerdlik, M.E. (2002). Pruebas y evaluación psicológicas. McGraw-Hill: Madrid.

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