Que Dory siga en el mar

Dory está en peligro. O al menos es lo que se preguntan algunos medios de comunicación en todo el mundo, como El País. Y no porque haya decidido emprender un viaje en busca de su familia en la película de Disney Buscando a Dory, sino porque diversas voces autorizadas en Estados Unidos están alertando del previsible aumento de ventas de la especie que representa el simpático y desmemoriado personaje: el pez cirujano regal o azul, que se captura, obvio, en estado salvaje, para ser vendido y vivir en acuarios de medio mundo. Esta reacción directa entre cine y aumento de ventas, al parecer se experimentó ya con Buscando a Nemo y los peces payasos, más de un millón de ellos son ya atrapados al año para ser destinados al comercio. Además, estos efectos secundarios del éxito de los simpáticos personajes derivan en el aumento de la cría en cautividad, con los costes pertinentes para la sostenibilidad si no se realiza este proceso de forma adecuada.

Como siempre, la clave está en la educación, porque ninguna culpa tienen los dibujos animados de ser tan adorables como Nemo y Dory y si nos ponemos puristas a la hora de elegir protagonistas de películas infantiles terminaremos teniendo que contar historias de piedras y poco más. La cuestión es que los adultos le expliquen a los niños que si quieren a Dory y Nemo es mejor comprar un peluche, porque el hogar familiar no es un océano y los peces están mucho mejor en su entorno. Claro que, para eso, primero los tutores deben conocer el ecosistema, informarse, y, sobre todo, creer en la importancia de que los seres vivos nazcan, se reproduzcan y mueran en libertad. De momento, declaraciones como la de la actriz Anabel Alonso, en su twitter, pueden ayudar a concienciar. Y eso se agradece.

Tweet de la actriz Anabel Alonso sobre el simpático personaje Dory.