Revista Diario

Quemada

Por Drajomeini @DoctoraJomeini
Quemada- ¡ Qué te torras, Jomeini! - me advirtió el sábado una amiga.No se refería, como podréis imaginar, a mis apéndices mamarios que, después de dos embarazos y dos lactancias desafiando la ley de la gravedad, son algo así como dos higos chumbos. Me advertía de los peligros de no protegerse frente al astro rey. Y ahora estoy pagando las consecuencias de no escucharla. Vamos, que estoy más quemada que el callista de Tarzán. El sábado por la noche, por el paseo marítimo, los guiris me señalaban con el dedo:- Look, my dear, una gamba with dress and tacones!Y por supuesto, el romanticismo de la noche al carajo:- ¿Puedo, al menos, darte un besito? - decía mi santo, el pobre.- Si es con boquita de piñón...Tres cuartos de lo mismo cuando he llegado hoy al trabajo. ¿Por qué será que cuando estás quemado la gente te quiere tanto? Todo Cristo te toca. Nada más llegar, el cirujano plástico, que tiene una mano que parece un dolmen, me da unas palmaditas en la espalda.- ¿Qué tal, Jomeini?¿Cómo fue ese fin de semana?- Uy,uy,uy- soy incapaz de articular una respuesta. - Ay, perdona, ¿te has quemado?- No, soy una anestesioblasta a lo bonzo.- Jajajaja, vaya, lo siento.- Jomeini - me dice la enfermera, apoyando la mano en mi hombro- ¿qué suero quieres para este niño?- Uy,uy,uy- Ay, espera que te sacuda la espalda que tienes un poco de yeso...- Uy,uy,uy.Pero la tortura no acaba aquí. Los dos enanos han vuelto de un fin de semana con sus primos. Y, cuando llego a casa, los dos se me cuelgan del cuello nada más verme. Pero, esta vez,  me callo el "uy,uy,uy".
Sarna con gusto, no pica. O eso dicen.


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