Revista Asia

Rattanakosin, el viejo Bangkok

Por Amoreno

Sigo contando mi viaje en Marzo por el sudeste asiático. Después de una semana por el sur de Vietnam fui a parar al país de las sonrisas, Tailandia. Allí me encontré con mi amigo Javi, que venía desde Hong Kong para unirse a la expedición durante diez días. La primera cita en la agenda era un fin de semana en Bangkok para hacer algo de turismo y salir de fiesta por la capital, después vendría el curso de buceo en la isla de Ko Tao.
Rattanakosin, el viejo Bangkok
La visita turística por Bangkok comenzó el sábado bien temprano, recuerdo que a esa hora ya empezaba a apretar el calor. El plan era pasar el día recorriendo Rattanakosin, un distrito conocido como el viejo Bangkok, pues en este se ubica el centro histórico de la ciudad, con los palacios y templos budistas (denominados wat) más antiguos y majestuosos.
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Nuestro hotel estaba en la zona de Silom, situado a escasas paradas en BTS Skytrain de Sathon Pier. En este muelle nos subimos al express boat que circula por el río Chao Phraya, la principal arteria fluvial de la ciudad.
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La travesía en barco hasta el muelle de Ta Chang es una forma interesante y amena de llegar a Rattanakosin, el trayecto apenas dura más de media hora y por el camino se puede ver la vida en la ciudad desde una perspectiva diferente. En este mapa tenéis un esquema de cómo conectar con la red de transporte público de Bangkok, BTS Skytrain, que prácticamente llega a todas partes. En el mapa también están marcados los principales lugares de interés en Rattanakosin.

El primer monumento que visitamos fue el Templo del Buda Esmeralda (Wat Phra Kaew) y el Gran Palacio Real.
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El Wat Phra Kaew no es sólo un templo cualquiera, se trata del templo budista más sagrado de Tailandia. Es un punto de obligada visita cada vez que se viene a la ciudad, yo ya lo visité en 2008 y tomé algunas fotografías. El complejo es enorme, puedes pasar una mañana entera caminando entre sus muros.
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Está tan nuevo que a simple vista parece de reciente construcción, pero en realidad data de 1785, cuando el rey Rama I decidió trasladar la capital desde Thonburi a Bangkok. El formidable aspecto del recubrimiento de color dorado y las incrustaciones de cristales de colores se debe a un esmerado trabajo de conservación.
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Y no hablo sólo de los edificios, sino también de las estatuas que hacen guardia en cada esquina del templo: criaturas Kinnara mitad pájaro, mitad mujer; demonios gigantes Yaksha sujetando una espada; pájaros Garuda, serpientes Naga y otros seres mitológicos.
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En el centro del complejo se encuentra el salón que acoge la estatua del Buda Esmeralda. Está hecha de jade y a pesar de su diminuto tamaño representa el icono religioso del pueblo tailandés, tiene tras de sí una larga historia de naciones que lucharon por su posesión. De acuerdo a la leyenda, fue creada en India en el 43 aC y después fue llevada a Sri Lanka, Camboya y eventualmente Siam, cuando el rey Rama I la capturó en Vientián y más tarde la colocó en su ubicación actual en Bangkok.
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Todos los días recibe cientos de visitantes -en su mayoría fieles de la religión budista- que hacen cola para entrar y presentar sus ofrendas. Existen ciertas normas de etiqueta para entrar en el templo, por ejemplo está prohibido sentarse con los pies apuntando a la estatua. También están prohibidas las fotografías en el interior, aunque la estatua puede apreciarse bien desde fuera.
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La muralla que rodea el templo también merece unos minutos de atención, su cara interior está decorada con un largo mural que contiene escenas representadas por personajes de la mitología tailandesa basadas en el Ramanaya, una obra épica proveniente de la India antigua. El nivel de detalle y los colores son increíbles.
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Junto al Wat Phra Kaew está el Palacio Real, antigua residencia de los monarcas de Tailandia. Su extravagante forma se debe a que mezcla elementos de arquitectura inglesa con tejados de estilo tailandés. Un inspiración de un rey tailandés tras su paso por Londres en 1870.
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En la esquina noreste opuesta al Palacio Real se encuentra el santuario del pilar de la ciudad de Bangkok, Lak Muang.
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De acuerdo con una antigua tradición de los países del sudeste asiático, durante el proceso de fundación de una nueva ciudad debía construirse un pilar en el centro de la misma en honor de los espíritus guardianes. Se calcula que el pilar de la ciudad de Bangkok fue levantado cerca del Wat Phra Kaew el 21 de Abril de 1782, cuando los astrónomos calcularon que era la fecha propicia para su fundación.
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La visita al Wat Phra Kaew nos había llevado casi toda la mañana así que a estas alturas del día ya teníamos hambre, nos tomamos una pausa para almorzar. Estuvimos callejeando un rato por los alrededores sin alejarnos demasiado hasta que dimos con un pequeño restaurante de comida local. A nuestro estómago a prueba de bombas le sentó de maravilla y nos dio fuerzas para seguir viendo templos por la tarde.
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El siguiente en la lista de monumentos era Wat Pho.
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Wat Pho es probablemente el templo más antiguo de Bangkok, se piensa que precede en 200 años a la fundación de la capital. Es conocido popularmente como el Templo del Buda reclinado, ya que en su interior acoge una enorme estatua de buda en posición reclinada, posiblemente la más grande el mundo.
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La estatua está chapada en oro y mide 46 de largo por 15 de alto. Es tan grande y el edificio tan estrecho que sólo puede verse entre columna y columna.
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Únicamente en los extremos puede contemplarse la estatua en toda su longitud, pero hace falta un gran angular para captarla por completo.
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La planta de los pies contiene además unos delicados grabados en madre perla.
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Además de ser el más antiguo, es también el templo más grande de la capital, incluye dos complejos amurallados por los que perderse en busca de un resquicio de paz y tranquilidad en mitad de una ciudad tan bulliciosa.
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Entre sus pasillos y rincones contiene más de mil estatuas de Buda, un número mayor que ningún otro templo del país.
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Por último, el templo también es conocido como el lugar de nacimiento del masaje tradicional tailandés y durante años fue un centro dedicado a la enseñanza y a la práctica de esta técnica.
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El último templo de la lista era Wat Arun. Aunque Wat Arun significa Templo del Amanecer, decidimos dejar este último para el final del día porque la estampa de este templo al atardecer es una de las postales más bonitas de Bangkok. El templo se encuentra en la orilla opuesta del río Chao Phraya, en Thonburi, por lo que es necesario cruzar en barco.
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La marca más característica de Wat Arun es su prang o torre de estilo Khmer en el centro. En las cuatro esquinas hay otros prang satélites más pequeños. El complejo simboliza el monte Meru de la cosmología hindú.
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La decoración del templo contiene conchas marinas y de trozos de porcelana que se utilizaron como lastre en los barcos que viajaban a Bangkok desde China.
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El prang central mide unos 86 m de altura, eso hace que los escalones que llevan hasta su cima sean muy pronunciados.
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No obstante, el esfuerzo de subir estos escalones (una matada de las buenas) tiene su recompensa, desde la terraza superior las vistas al río Chao Phraya y a Rattanakosin son formidables.
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Tampoco pudimos entretenernos mucho porque el sol había empezado a caer y el atardecer llegaría pronto. La mejor forma de contemplar el templo en ese momento del día es desde la distancia, pues.
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Así que nos montamos en el barco que nos llevaría de regreso a Silom y mientras nos íbamos alejando de Wat Arun contemplábamos esa magnífica escena del templo al atardecer.
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Al final del día estábamos derrotados después de ver tantos templos, pero de camino al hotel teníamos bien claro que había que salir esa noche por Bangkok como si no hubiera mañana.
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Así es como transcurrió nuestro fin de semana en Bangkok. Al día siguiente nos levantamos a las mil y apenas dio tiempo a ver nada más antes de iniciar nuestro periplo hasta Ko Tao, la isla de buceo.


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