Revista Educación

Rebobinando

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Rebobinando

"Nunca digas nunca jamás", dice mi madre, y a continuación en un tono un poco más bajo añade: "ni este cura no es mi padre". A cuenta de esa frase nos hemos reído mucho en mi familia, sobre todo por la segunda parte, pero la paternidad propia o ajena no es el tema de hoy.

Tomo esas palabras, aunque en otro sentido. En pleno debate sobre lo perjudicial que es la moda para el medio ambiente y la necesidad de reducir el número de colecciones anuales en favor de la sostenibilidad, dejo aquí un ejemplo de que todo vuelve. Por lo tanto, aprendamos a reciclar, a guardar y a consumir vintage. O mejor, llevemos lo que nos de la gana, que no hace falta que nadie nos diga cómo debemos ir, que luego se cumple el nunca digas nunca jamás... Aquí algunos ejemplos:

Hombreras. Cuando pasaron de moda las hombreras, ¿quién no respiró aliviada o aliviado? Pues hoy vuelven y son muchas las personas que, de nuevo, se apuntan a este suplicio. Cazadoras, camisas, vestidos... Hombreras por todos lados, apéndices que han ido conquistando las prendas poco a poco en el último lustro. Ya no hay una 'influencer' que no tenga unas y, claro, allá que vamos, que la espalda ancha es lo que se lleva.

Los cordones de las gafas. De las abuelas a las tiendas de moda. Los cordones de las gafas es un accesorio que, a mí personalmente, siempre me ha parecido muy útil dada mi facilidad para perderlo todo, pero que era considerado hasta hace unos meses un accesorio viejuno, de señor o señora mayor. Hoy, sirven para todo: para las gafas, para las mascarillas, para los móviles... Reinventados, eso sí, pero son lo más. Es obvio que yo tengo y no precisamente porque sean tendencia.

La piel sintética. Sí, esa que se pega, que suena a cada paso y con cada movimiento, que reniegas de ella cada vez que te la pones. Pues es lo más de lo más, sobre todo en pantalones. El sumun del nunca jamás.

El 'Patchwork' en el 'denim' o lo que es lo mismo, los parches de tela en el vaquero. Esos que odiábamos cuando nos los ponían nuestras madres de chicos, que pedíamos en los ochenta y que fueron tendencia 'dosmilera'. Junto con las coderas, que ahora vienen de fábrica hasta en las camisas, el Guadiana del yo nunca más los llevaré.

Los jerseys de punto y de ganchillo. ¿Quién no ha guardado en el fondo del armario ese jersey hecho con todo el amor por cualquier miembro de su familia? Pues a por él, que ya no eres nadie si no se tiene uno. Otro 'must' del yo nunca.

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El macramé. Aún recuerdo esos accesorios para el hogar hechos en macramé, seña de identidad de una época y que un buen día se convirtieron en los apestados de la casa. Pues sí, han vuelto en todo su esplendor, solo hay que darse una vuelta por algunos perfiles de Instagram para comprobarlo.

Y no quiero terminar sin hablar de la riñonera, de villana a heroína; de vulgaridad a superclase; de hazmerreír a comodidad... Fuimos fanáticos de la riñonera en una época, nos reímos de quienes la llevaban en otra y hoy es un imprescindible que fabrican hasta las consideradas marcas más exclusivas.

Pues eso, que cada uno lleve lo que le dé la gana. Así, nos ahorramos el nunca jamás y evitamos dañar el medio ambiente, que bastante lo maltratamos.


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