Revista Sociedad

Revolucionariadas

Publicado el 09 febrero 2017 por Tomarlapalabra
RevolucionariadasHarold Cárdenas

En los últimos días se ha estado observando un “salpafuera” en las filas de los que a sí mismos se llaman “blogueros revolucionarios”. Podría pensarse que se trata de algo bien importante para el desarrollo del blogging oficial (o semi oficial) cubano, pero no. Se trata del pretendido lichamiento de uno de los fundadores del blog La Joven Cuba, más concretamente de Harold Cárdenas Lema.

El muchachón está sirviendo de base material de estudio a toda una jauría de “cibercombatientes” que ya no saben qué escribir para aparentar ser más revolucionarios que sus otros compañeros de cruzada. La han emprendido contra Harold con una furia tal que a veces uno recibe la impresión de que, más que blogueros, sus detractores se parecen a aquellos trabajadores que se sacaban las tiras del pellejo en las famosas (y penosas) asambleas que se hacían en los centros de trabajo para otorgar un televisor ruso en blanco y negro, una batidora alemana (¡buenas que salieron las muy condená!), o un radio de pilas.

Para ellos Harold no es más que una especie de anticristo, la antítesis misma de lo que es ser revolucionario, y (aguántense) un “pagadito”. Es por eso que lo quieren “tronar”. Y ni se esconden en su deseo de que también caiga LJC, un sitio al que muchos ortodoxos consideran un problema grave porque “critica mucho a la revolución” y permite los comentarios de Antonio Tang, “Tony”, un cubano-canadiense que en el pasado fue miembro de Alfa 66.

Parece ser que las publicaciones de Harold (por las que ha recibido algún dinerillo) en ciertos medios que no “cuadran” enfurecieron tanto a los fidelistas de línea dura, que han puesto precio a su cabeza y han orquestado toda una campaña para dañar la imagen pública del pobre bloguero matancero que ya no sabe cómo defenderse de la andanada que le ha caído encima. A Harold, por si acaso, no le ha quedado otra que repetir hasta el cansancio que él es el mismo revolucionario de siempre, que ama al partido único con toda su alma, y que aunque lo hayan desactivado de la UJC por “viejo” y lo consideren “demasiado joven” para afiliarse al PCC sus disposición a entrar “a filas” es algo que debe darse por descontado.

Pero la culpa de todo es del propio Harold Cárdenas. A nadie que conozca Cuba se le ocurriría darse un baño de pureza revolucionaria “independiente” en un país donde la envidia corroe hasta los huesos y donde la doble moral está a la orden del día. No por gusto sus acusadores lo han llamado “revolucionario por cuenta propia” y exigen a voz en cuello que el “acusado” diga de dónde ha estado saliendo la plata que le ha permitido viajar al extranjero varias veces para participar en eventos patrocinados por “el enemigo”.

Ríos de tinta se han vertido en una alharaca ridícula que solo ha logrado, ironías de la vida, dejar en claro lo que todos sabemos desde hace muchos años y que ahora Harold tendrá que aprender por la vía del dolor: que en Cuba Saturno se come a sus hijos sin misericordia.

Y no es que yo haya escrito este post para defenderlo ni nada que se le parezca. Es que sencillamente me da pena con un chama que no es mala gente y que siempre ha estado abogando (a su manera, eso si) por lo que él mismo ha llamado muchas veces “el proyecto socialista cubano”. Me da pena que tenga que pasar por lo mismo que tantos y tantos han pasado a lo largo y ancho de estos 58 años de absurdos.

Y si es verdad que los golpes enseñan, pues ojalá que todo esto le sirva de enseñanza.

Lo peor es que al muchachón le de por seguir viviendo la novelita rosa del “futuro socialista”, pues lo que le queda de vida no le va alcanzar para contar las “revolucionariadas” con que lo van a seguir apaleando sus “compañeros de lucha” cada vez que se salga del guión.

Vice

Estados Unidos.


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