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Se cuenta … , se dice…

Publicado el 29 diciembre 2010 por ArÍstides

SE CUENTA … , SE DICE…
ALGO MALO DEBE DE TENER EL TRABAJO, O LOS RICOS YA LO HABRÍAN ACAPARADO. Cantinflas

Se trata de una de esas leyendas urbanas que se dice se publicó en el New York Times, o lo retransmitió la CNN; en fin, circula como leyenda urbana por la calle sin que nadie sepa cómo nació.

Se cuenta que una gran empresa de seguros americanos (otros medios lo sitúan en una editorial corrigiendo un libro de medicina) permaneció con el cadáver de un empleado fallecido durante varios días sin que sus compañeros se percataran de ello. La cosa es que con el trajín del trabajo sufrió un infarto al corazón que le dejó recostado sobre su mesa. George Turklebaum -así se llamaba el malogrado-, de 51 años de edad y con una antigüedad en la empresa de 30 años, donde compartía oficina con otros 23 empleados, llegó el lunes a trabajar y permaneció en la misma posición hasta que el sábado el personal de limpieza preguntó qué hacía ese señor trabajando.

Su jefe declaró que “George siempre era el primero en llegar por la mañana y el último en marcharse por la noche” por lo que a nadie le extrañó que permaneciera sin moverse del sitio. Se trataba de un empleado responsable y celoso de su trabajo que, además, hacía gala de una gran discreción. Además, poseía un carácter reservado con una dedicación completa a la compañía de seguros que le absorvía su tiempo.

Así que ya sabéis: hablad con los compañeros, dadles una palmadita en la espalda cuando los veáis ensimismados y, sobre todo, no seáis los primeros y los últimos en llegar al puesto de trabajo. Que todo tiene su medida.


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