Revista Educación

Segundo lugar

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Segundo lugar

Fueron muchos años intentando recordar el momento en el que, sin saberlo, se convirtió en la segunda opción. Quizás fue aquella vez, con tan solo seis o siete años, cuando en catequesis, esa imposición religiosa de aquellos años, le pidieron que participara en un concurso sobre lo que había aprendido y dijo, no. Quizás fueron todas esas veces en las que se puso tarde y mal en su sitio. Quizás, todas aquéllas en las que decidió ir por otro camino.

Había crecido fuerte y segura hasta que, por imitación de las mayores, comenzó a introducir debilidades en su vida. Nervios en exámenes a los que siempre fue segura; dudas en aquellos momentos en los que sabía lo que tenía que hacer, pero algo le retenía para no hacerlo.

Nunca la eligieron en primer lugar para formar un equipo en cualquier deporte, siempre fue un descarte, y nunca fue la primera en conseguir nada. Tampoco fue nunca la primera de su pandilla de amigas y amigos en las pequeñas cosas que siembran la adolescencia.

Todo eso le hizo crecer con la obsesión de que tenía que ser la primera en algo, la primera mujer en... Y siguió siendo la segunda, pese a que lo intentó una y otra vez.

Vivía entre el montón arropada por la mediocridad, pensaba, una situación de la que siempre había querido huir, pero de la que nunca se había zafado.

Y así pasaron los años siendo la segunda, incapaz de reivindicar su sitio porque, cuando lo hacía, siempre había una descripción peyorativa sobre lo que era y sobre cómo era.

Solo al borde de sus días finales se dio cuenta de algo que había marcado su existencia en el segundo lugar. Era una mujer que no seguía los cánones impuestos. Era una de esas mujeres que no se comportaba como se suponía que debía hacerlo según los mandatos de una sociedad patriarcal.

Y así, terminó sus días en segundo lugar porque siempre antes, hubo alguien que le quitó o le dejó su sitio.


Volver a la Portada de Logo Paperblog