Revista Psicología

Si quieres entender a Freud, debes mirar a Los Simpson

Por Yanquiel Barrios @her_barrios
Si quieres entender a Freud, debes mirar a Los Simpson

Los Simpson, son unos de los íconos más importantes de la cultura POP. Casi no se puede hablar de esta cultura sin mencionarlos. Hay quienes los aman, hay quienes los odian, pero nadie permanece indiferente ante ellos.

Lo cierto es que "Los Simpson" han sido causantes de muchas polémicas. De hecho George Bush padre, promocionó una de sus campañas diciendo: "Queremos que las familias de América [Estados Unidos] se parezcan más a los Wallon y menos a los Simpson". Los Wallon, vendrían a ser algo así como una familia Ingalls urbana.

"Los Simpson" constituye una de las críticas más ácidas y agudas a la cultura occidental. Baja la figura patriarcal del varón idealizado, a un ser embrutecido por el trabajo insalubre y la alienación al cruel sistema capitalista. Muestra las realidades de los maestros, los ecologistas, los intelectuales, los ricos, los rockeros... de la pluma de Matt Groening, parece que nadie se salva.

Pese a que como espectadora, disfruto mucho de ellos desde que tenía 7 años, en 1990, como analista pude hacer algunas observaciones. Es muy interesante, ver paralelismos que, claramente saltan a la vista, entre la segunda tópica de Freud, y Los Simpson.

En su segunda Tópica, Freud hablaba de tres entidades psíquicas: Ello, Yo y Super Yo. La vida de los pobres seres humanos se debate entre los conflictos de estas tres partes de los sujetos humanos.

El Ello, es plenamente inconciente, el reservorio de todas las pulsiones. De los impulsos positivos y negativos y lo único que busca es satisfacerse. ¿A qué personaje de Los Simpson nos recuerda? Creo que ya todos los lectores lo descubrieron: Homero. Impulsivo, autodestructivo, infantil y primitivo. Loco. Sin ningún registro de autoconservación.

En segundo lugar, tenemos al Yo. El Yo se forma, a través del narcisismo, tiene que ver con la imagen que tenemos acerca de nosotros mismos (las personas de personalidades estables). Tiene que ver con la completud, con las buenas costumbres, el saber, la conciencia, el razonamiento, la regulación. Sirve para que el Ello, ocasionalmente pueda satisfacer esas pulsiones locas de manera que no se autodestruya en el contacto con el exterior. Lo regula. ¿A quién nos recuerda esto? Estoy segura de que ya adivinaron: Lisa. Si bien Lisa no está puesta siempre en el lugar de la que regula al padre, siempre es la que aporta la voz de la razón, la que intenta conciliar y poner "cordura".

En tercer lugar, tenemos al Super Yo. El Super Yo, es descrito por Freud como la conciencia moral. Una conciencia moral oscura, que a su vez es la abogada de la autodestrucción del Ello. Disfraza los impulsos del Ello, con todo su costado patológico, de moralidad. Por ejemplo en un neurótico obsesivo lavarse las manos hasta sacarse llagas, es impulsado por un Super Yo que le dice constantemente que está sucio. Es una instancia encargada de cumplir con los ideales sociales, pero cuando se transforma en abogada del Ello, colabora a mantener al sujeto en satisfacciones patológicas. Marge, quien limpia los desastres de Homero, se ríe cuando él quiere adelgazar y cuando no hace desastres entra en una profunda depresión, representa a esta instancia. Marge es una alienada al sistema, lo sostiene con todo su corazón, y a pesar suyo. Le dice a Lisa: "A los muchachos les gusta que los dejes ganar y...otras cosas que te explicaré cuando seas mayor". Dando a entender claramente que debe ser una víctima sacrificial en pro de la moralidad y el sostenimiento de la familia.

Ahora bien, ¿qué podemos decir del resto de los miembros de la familia? Bart es de alguna manera a esta familia, lo que el síntoma al neurótico. Hereda lo impulsivo y desordenado del Ello-Homero, pero hay una creación en él. Hay metáforas, picardías, y muchas veces autodestrucción. Es por lo mismo, alguien que se sabe enamorar (el amor es síntoma). Sin embargo, siempre entra en conflicto con la familia porque da cuenta del desastre y caos en ella.

Algo llamativo, es que cuando Lisa y Bart se unen o juegan, logran cosas fantásticas. De la misma manera, cuando nuestros pacientes aprenden a escuchar sus síntomas y a usar su creatividad salen cosas asombrosas...inclusive a veces logran enamorarse.

¿Y Maggie? Representa al proyecto de vida del neurótico. Muda, nunca crece. ¿Es qué es imposible crecer con tanto conflicto dando vuelta? ¿Será que nunca crece porque nunca la dejaron hablar? De la misma manera, de aquello que nuestros pacientes, se niegan a hablar, no logran crecer ni proyectarse al futuro.

Este es el final de la metáfora. He notado que estas instancias se repiten en muchos otros programas. Los desafío a encontrarlas.


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