Revista Vino

Siete años y uno más

Por Jgomezp24
La viña de Juan Manuel Vetas bajo na nieve
Noche en blanco, como la que pasó el bello viñedo de Juan Manuel Vetas (en Ronda) el día que tuve la fortuna de pisarlo. Siete años en la vida de un blog son muchos. Mi amigo Manolo Gago (la única vez que he podido estar en el Fòrum Gastronòmic de Girona, hace ya cinco años) pronosticaba un máximo de cinco años de vida para un blog que hubiera sido cuidado y bien trabajado por su creador. Manolo sigue con su Capítulo Cero, como yo con este De uinis. Y, por supuesto, algunos otros amigos siguen ahí también. No nombro a nadie, así no me dejo a nadie: no me apetece hoy buscar las fechas de primer post de cada cual. Vamos contra la corriente efímera que, parecía, iba a dominar la blogosfera enogastronómica. Y aquí seguimos.
1 de junio de 2006 a 16 de junio de 2013.
1070 posts publicados (con éste)
12087 comentarios a los posts publicados y siempre contestados (salvo error, omisión o insulto)
Más de un millón de visualizaciones de esta página, con más de la mitad de lectores que son reincidentes.
40% de lectores en España; 8% en Estados Unidos de América; 3% en Francia; y el resto, repartidos en todo el mundo, pero sobre todo en la vieja Europa (Alemania, Portugal, Italia, Reino Unido), América del Sur (Argentina y Chile) y Asia (sobre todo, China). Muy pocos lectores africanos...
Vengo de un viaje de tres meses que me ha cambiado como persona y como bebedor de vinos. Más que nunca, necesito entender al vino en un paisaje y con las personas que lo hacen dentro de él. Y más que nunca, quiero hacerlo con el menor número de interferencias posible. Con la mayor naturalidad posible. Si yo he cambiado, me parece de Perogrullo que el blog cambie conmigo. Aunque mi amigo (todavía no sustanciado en carne), Jesús Melitón, proponía ayer un estrabismo vínico, con un ojo en la viña y otro en el inevitable mantel (que tiene que volver en forma de catas de "guante blanco" y  del que, por supuesto, no reniego), no me veo yo en eso.
Constato, por otra parte, que no critico, que las formas y los fondos de los blogs hace mucho que no cambian. Las formas...parece que se haya inventado todo pero veo, con admiración hacia este medio, que el microblogging (140 caracteres en forma de tuit) no se ha cargado a nuestro macroblogging (di lo que quieras con los caracteres que consideres necesarios). El resto, son aderezos y maquillaje  (videoblogs; photoblogs, etc.) de una realidad difícil de ocultar: escribir un blog significa, en primer lugar, querer escribir: no basta con decir "me toca hacerlo" o "tengo que estar". En segundo lugar, hay que saber escribir. Y en tercer lugar, significa tener algo que decir y con un punto de vista concreto, el que sea pero uno. No todo el mundo cumple con esos tres requisitos básicos. Se trate del tema que se trate.
El contenido de mi blog. Aquí no puedo hablar ya del resto porque cada cual va por donde cree oportuno y los temas y sus aproximaciones son infinitos. Sigo teniendo ganas de escribir sobre gastronomía, es decir, sobre vinos y sus comidas. Pero necesito renovarme. Si la forma sigue pareciéndome correcta en lo básico (y lo básico, en un blog, es que te lean y reaccionen, en forma de comentarios a tus escritos, que tú siempre contestas), aunque pueda proponer algún cambio estético (que también me apetece), lo que corresponde es tocar el fondo, el contenido, lo que un periodista llamaría, quizás, la "línea editorial". Tengo claro (o me parece claro, vaya...) que si algo se aprecia en este blog es el comentario de proximidad: sobre las personas, paisajes y vinos que conozco más de primera mano, porque he estado en sus campos, porque he hablado de sus vinos en sus bodegas y los he bebido entre sus cepas.
Ése va a ser el primer cambio radical. Si hago algo, lo hago a fondo. A partir del próximo post voy a escribir sólo de personas que conozca personalmente, y de sus vinos. En la medida de lo posible, además (rico no soy y mi tiempo, dentro de muy poco, volverá a ser limitado), que sea de vinos cuyas cepas haya visto también en persona y sepa cómo trabajan ellos sus campos y cómo sus mostos se convierten en vino en sus bodegas. Eso, sin duda, va a restringir el radio de acción de mis posts: sobre todo Catalunya y España; por supuesto, algo de Francia y de Italia (los países que más he visitado y donde puedo ir con más facilidad) y, menos, Alemania, Suiza, etc. Creo que escribir sobre cualquier vino del mundo que pase por mi garganta, por más que me guste, no aporta nada especial al blog. Habrá vinos, pues, que quedarán en mi estricta intimidad de consumidor.
Voy a intentar que mis posts sean más breves (¡menos éste!) y, en la medida de lo posible, que hablen de un solo vino. Estos últimos meses han sido excepcionales en contenidos, pero lo habitual no es que yo tenga tantos datos de una sola bodega, de las últimas cosechas, etc., como para que en un post hable de diez vinos...De nuevo, me propongo que el otro cambio mayor que se perciba sea en la forma escrita: en cómo digo las cosas, con qué palabras, sintaxis y estilo las digo.
Sigo dando la razón a Jamie Goode, aunque él, con su propio ejemplo, se contradiga: con esto de los blogs del vino, uno no se hace rico en este mundo. Ni tan siquiera se profesionaliza o saca suficiente dinero como para pagarse viajes y botellas. Yo no, por lo menos. Ni tampoco busco ninguna de las dos cosas. Quede claro, pues, que este es un blog amateur y radicalmente independiente, que no recibe un euro por publicar ningún tipo de contenido. En los últimos años, muchas empresas se han acercado a mí pidiéndome precio para escribirles posts patrocinados por ellas en mi blog. Menos UNA persona, UNA repito, nadie contestó a mis requerimientos: el producto tiene que gustarme mucho. Si no me gusta, no escribo sobre él. Tengo que poder escribir lo que pienso sobre él, además. Tengo que poder decir que escribo un post pagado, si no, la gente dejará de confiar en mí. Voy a cobrar en función de lo que la empresa que me pida un post patrocinado, facture: si la empresa factura 1000 millones €, pongamos por caso, pediré en proporción; si factura 100 mil €, igual, etc. Nadie, nadie ha contestado jamás a mis peticiones, cuando ellos eran los que se habían puesto en contacto conmigo. Mala educación, sin duda, acompañada de un sentimiento (mío, por lo menos) de que "a los que escribimos en un medio que se llama blog nos toman por imbéciles". Si quieren publicidad gratuita, que escriban ellos sus contenidos y los publiquen donde les parezca oportuno. La publicidad que es gratuita en mi blog, que es toda, la decido yo.
Hay otro tipo de publicidad, claro. Lo he dicho en varias ocasiones, pero no hay manera. Y el recibidor de casa se ha convertido en un almacén porque todas las botellas que recibo no caben ya en bodegas, armarios y neveras. Sólo escribo sobre las botellas que yo compro o las que me regalan mis amigos. No escribo jamás sobre botellas que me mandan las bodegas como parte de sus campañas de publicidad. Las respeto profundamente, las leo, las sigo y, por supuesto, decido si compro una botella. Si la compro y me dice algo, en positivo o en negativo, escribo. No hay más. Por favor, dejen de mandarme eso que, de manera casi ofensiva para el vino que contiene, suelen llamar muestras. Esto se va a complicar ahora, claro, porque lo que manda en el blog a partir de hoy, es el criterio de proximidad. Aunque sea un viticultor alemán, vamos: si no le conozco y no sé cómo trabaja, no voy a publicar sobre él.
Mucho se ha hablado en las redes últimamente de según qué cosas. Nunca con el menor fundamento real: ni tengo jefe ni lo busco. Y creo, con sinceridad, que me siento mucho mejor sin nadie que me vaya diciendo "tienes que escribir sobre esto" o "hay que catar el sureste español" o "sobre éste, mejor que no digas nada malo, ¿eh?". Queridos amigos míos han tomado ese camino en los últimos meses y espero con ganas y ansiedad sus primeras publicaciones. Y, sobre todo, que les vaya muy bien. Pero tengo claro que lo mío es trabajar en la promoción y difusión de la cultura del vino solo y sin jefe que me diga qué y cómo tengo que escribir.
Creo que he dicho ya todo lo que la noche blanca me ha susurrado. No hacen falta resúmenes. Este, por lo demás, no es un post de auto-ayuda: qué mal me siento, lo dejo, por favor convencedme de que siga, decidme cuánto os gusto, etc. Pasé ya por ese ridículo una vez. Y ya está. Estas últimas semanas he tenido alguna conversación con amigos sobre el tema. Me han ayudado mucho, sin duda. Y creo que he podido concentrar, ahora, mi sentimiento sobre la continuidad del blog en este texto. El día que piense que no me da lo que necesito y le pido (me pido, vamos), ese día lo diré. Y se acabará. Ese día no ha llegado todavía. Un abrazo grande a todos los que seguís al otro lado. ¿Un año más? ¡Vamos!
Barranco Oscuro bona
Esta foto es de un viñedo de Barranco Oscuro, en Cádiar.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista