Revista Educación

Silencio

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Silencio

Sé que dirán que una persona que se dedica a la comunicación y que no ve la tele es algo contradictorio. Pero no. Les aseguro que no lo es. Ya hace tiempo que no.

También es verdad que me muevo (informativamente hablando) en círculos relacionados con la ciencia, la divulgación... vamos, que soy un bicho raro que selecciona muy bien lo que quiere que entre en su espacio informativo. Me interesa muchísimo la política científica. Los avances tecnológico y médicos. Los descubrimientos y los buenos reportajes sobre investigación.

Eso hace que mi mundo sea mullido y respetuoso conmigo misma.

Ya sé lo que están pensando. Yo también lo pienso: vivo de espaldas a una parte de la realidad y eso no es bueno.

Pues les diré que no. Que la realidad siempre acaba azotándote de una manera o de otra y que yo solo pongo los filtros para que sea menos dolorosa.

No he visto el vídeo que circuló por redes de la masacre en Nueva Zelanda. Sí que me enteré por redes de que (el muy desgraciado) lo había retransmitido en directo, pero debe ser que en mi círculo de contactos, que cuido mucho, no hay desaprensivos/as que compartan este tipo de barbaridades. Entrar a dos mezquitas y asesinar a sangre fría. Quitar la vida. Matar.

Se me congela el alma solo de pensar en el horror, el miedo, el dolor... Y este asesino ahora quiere publicidad. Quiere que se le escuche (porque ha rechazado abogado y se quiere defender él mismo). El colmo de los colmos: escuchar el odio por su propia boca. Convertir el juicio en un circo mediático. Repetir sus sucios mantras en todos los medios. Usar, como he leído que han hecho, el vídeo en directo de los asesinatos para acompañar las "noticias" (¿en serio?).

Se puede estar al tanto de lo que ocure en el mundo y saber poner ciertos límites para mantener la cordura y la humanidad. Se puede elegir no caer tan bajo. Se puede elegir no darle voz a ciertos sectores sin, con ello, ignorar lo que está ocurriendo. Se puede también trabajar para que haya más pensamiento crítico y menos dogmatismo. Somos nosotros quienes debemos hacerlo.

Así que no. Conmigo no cuenten. Júzguenlo, condénenlo y denle solo silencio.


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