Revista Educación

Tabúes

Por Siempreenmedio @Siempreblog

embarazadaConfieso que llevo días dándole vueltas al contenido de esta entrada. Más bien llevo días dándole vueltas a cómo enfocar ese contenido por lo de delicado que tiene el tema, no ya para los que puedan leerme, sino para mí misma. Es un tema que me suscita una lucha interior entre lo socialmente aceptable y los sentimientos sin filtrar que surgen, inevitablemente.

Fue a raíz de este artículo, además del estupendo post de mi compañera siempreenmediera Naima Tavarishka, que decidí abordar el tema de la ‘marcha atrás’ en la maternidad. He hablado alguna que otra vez aquí de mujeres que optan por no ser madres, una elección que sigue siendo incomprendida aunque cada vez menos a tenor de que el número aumenta, pero no de mujeres que se arrepienten de haber tenido hijos.

Para poner los puntos sobre las íes debo aclarar que no hablo de malas madres, de mujeres que no quieren a sus hijos o que no cumplen a la perfección con su papel, no, no, probablemente las mujeres de las que hablo son madres magníficas, responsables, amorosas pero que, en un momento dado y sintiendo angustia, vergüenza y remordimiento han pensado: si volviera atrás no los tendría. Es un pensamiento que no comparten con nadie porque ¿qué dirían si se enterasen de que me planteo alternativas, si supiesen que dejar a un lado un montón de cosas me ha hecho más infeliz a pesar de la felicidad que he sentido teniendo hijos?

Todo esto tiene que ver con ese rol madre que se nos ha asignado a las mujeres, ese rol sin el cual nos han vendido que estamos incompletas, que no hemos hecho aquello para lo que fuimos concebidas. Si hemos cumplido las expectativas ¿cómo vamos a pensar que igual nos hemos equivocado?, sería poner en cuestión las consignas de una aplastante mayoría. Pero sí, se puede estar arrepentido y se puede decir sin que nos quemen en la hoguera o nos señalen, que bastante nos culpabilizamos ya nosotras.


Volver a la Portada de Logo Paperblog