Todos somos un poco “niños”

Con la llegada de un nuevo año todos nos ponemos una serie de objetivos que con la misma rapidez que se instalan en nuestro pensamiento lo abandonan, apenas pasan unos pocos días del nuevo año y ese cajón de propósitos se ha olvidado completamente…

Los atléticos iniciamos este 2015 con la ilusión de poder igualar los logros del 2014… no será fácil y, lo sabemos, puesto que lo conseguido durante el año pasado ha sido sencillamente inolvidable, pero la ilusión y las ganas por repetir aquellas gestas serán infinitas… será esta ilusión uno de los pocos propósitos que permanecerá intacto durante todo el año.
Igual que despedimos el 2011 con la llegada del mejor entrenador que nuestro equipo ha tenido nunca, los aficionados del Atlético de Madrid hemos dejado atrás el 2014 con la vuelta de nuestro “Niño”, ese genial, maravilloso, sentimental y único Fernando Torres que se ha mantenido fiel a sus colores con independencia de los kilómetros que le separaban de su añorado equipo.
Hace unos meses aposté por la llegada de Alessio Cerci con la esperanza de que él fuera el delantero que necesitábamos, con la ilusión de que Cerci nos recordase los mejores partidos de su compatriota Vieri… lamentablemente para todos su rendimiento y, quizá su actitud, no ha sido el esperado y su salida no ha sido cuestionada, casi, por nadie.

Cierto es que su marcha suponía la vuelta a casa de un icono y la ilusión de ver a Torres reconvertido en ese delantero de antaño… - piopialo así que ante la alegría y el sentimiento rojiblanco por el retorno de Torres el ricitos Cerci nada tenía que hacer…
Siempre he creído que más allá de la edad de cada uno los colchoneros somos un poco “niños”, lloramos y nos reímos como ellos, porque a pesar de todo lo vivido, a pesar de las numerosas vicisitudes que hemos pasado y que seguiremos pasando siempre mantenemos la inocencia de los más pequeños, pero ¡ojo!, también recuperamos con rapidez esa ilusión tan típica de la infancia.
La vuelta de nuestro “Niño” (con mayúsculas) ha supuesto para la afición rojiblanca, que ha visto como las últimas semanas del año eran un ataque y un descredito permanente hacia ellos, una bocanada de aire fresco, ese símbolo al que agarrarse con fuerza para recuperar esa unión pero sobre todo esa ilusión de meses anteriores y, que nos hace a los rojiblancos sencillamente únicos.

Torres ha llegado no sólo para marcar goles - piopialo , tantos que serán muy bienvenidos, sino para unir o, mejor dicho, para reunir a la parroquia rojiblanca;

Torres, al igual que hace años lo fueron otros (Aragonés, Garate, Collar, etc.) será nuestro particular mesías, ha de convertirse en nuestro guía y, en aquel que reconvierta al Vicente Calderón en el estadio de siempre.
Esta particular misión es la más difícil pero, también, la más importante que habrá de cumplir aquel Niño que ha regresado convertido en un gran hombre llamado Fernando Torres.

Cada uno de sus pases, cada uno de sus goles servirá para unir miles de corazones en un solo grito, su sola presencia ha hecho ya que se recupere la ilusión, ha hecho que los atléticos volvamos a ser esa afición única y ejemplar de siempre.
Por esos ya más de 75000 socios, por esos miles de aficionados que siguen a nuestro Atlético de Madrid en cualquier lugar del mundo, por todos aquellos que siguen siendo un poco niños, por todos nosotros disfrutemos pues de nuestro Niño y gritemos con él, ¡Aúpa Atleti!

Escrito por Sara de la Varga

@sdelavargaglez

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