Revista Cultura y Ocio

Viernes de mitología

Por Zayi
VIERNES DE MITOLOGÍA
Mi entrada de hoy quiero dedicarla a unos seres maravillosos y cautivadores del mundo griego, que no son pocos por cierto, pero en este caso, las ninfas de las que voy a hablarle son probablemente unas de las guardianas más seductoras y divinas de esta cultura deliciosa que nos han dejado los griegos como legado.
Son nada más y nada menos que Las Hespérides, cuyo nombre significa “hijas del atardecer”, unas ninfas de voces seductoras que habitan en un lejano rincón del occidente junto a un fabuloso jardín, situado según diversas fuentes: en las montañas de Arcadia (Grecia), cerca de la cordillera de Atlas (Marrueco) o en una isla distante en el océano.
Su número oscila entre tres y nueve. Tenían diversos nombres pero los que se han conocido mayormente han sido: Egles, Aretusa, Hesperia, Héspere, Hestia y Hesperetusa. También son conocidas con el nombre de Doncellas de occidente, Diosas del ocaso, hermanas Africanas o como me referí a ellas al comienzo, hijas del atardecer. Acerca de sus padres, hay diversas opiniones, se le atribuye la paternidad a Nix y Érebo , Zeus y Temis, Forcis y Ceto, o Atlas y Hésperis, pero no hay una base lo suficientemente fuerte en ninguna de las hipótesis.
Las Hespérides tenían la misión de proteger al árbol de las manzanas doradas que crecía en el jardín, estas manzanas de oro tenían el don de conceder la inmortalidad a quien las probase. Acerca del origen de estos manzanos, se cuenta que fueron plantados de las ramas que Gea había entregado Hera y a Zeus como regalo de boda y Se dice también, que habían concedido a estas ninfas la tarea de protegerlo, pero como comenzaron a guardar los frutos para comerlos ellas, decidieron colocar a un dragón de cien cabezas que nunca dormía ( Ladón) para que éste a su vez, protegiese al árbol de las mismas Hespérides.


Según la mitología griega, de estos árboles procedían las tres manzanas de oro con las que Hipómenes consiguió vencer a Atalanta en la carrera. También Heracles tuvo como tarea apoderarse de las manzanas del jardín de las Hespérides y gracias a este fruto, se valió la Discordia para separar a los Dioses.
El jardín de las Hespérides aparece con bastante frecuencia en nuestro recorrido por la mitología griega, supongo que en todas las historias de la humanidad, la avaricia es causante de grandes luchas. En la mitología griega, no podía ser menos. La inmortalidad era uno de los tesoros que más perseguían dioses y hombres, por tanto, este jardín era uno de los puntos de mira de muchísimos personajes de la antigüedad.

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