No todos juegan a practicar la baza barata del "escándalo" ante el viaje de Benedicto XVI a Gran Bretaña. Hay voces sensatas.
Por ejemplo, la de Francis Campbell, el embajador del Reino Unido ante el Vaticano:
“Creo que es un error escuchar sólo estas voces, que son las más fuertes, y pensar que representan a la mayoría de la población. [..] Siempre habrá voces críticas, pero sería un error y estaría fuera de contexto permitir que las voces que más gritan sean las que reciban mayor atención”.
O la de Edward Pentin, corresponsal en Roma de The Catholic Herald:
“Pienso que el Papa propondrá que se recupere el sentido de trascendencia, contar con Dios en la sociedad. Y lo dirá justo en el corazón del gobierno y de Gran Bretaña”.
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