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Wonder Woman y las pocas maravillas que nos ha dejado

Publicado el 26 junio 2017 por La Cara De Milos La Cara De Milos @LacaradeMilos
Wonder Woman y las pocas maravillas que nos ha dejado

Wonder Woman no ha sido una de las cartas del mundo de los superhéroes que más me haya llamado la atención. De hecho, los personajes de DC siempre me suelen caer gordos en comparación, por ejemplo, con los de Marvel. Pero había depositado ciertas esperanzas en Wonder Woman; esperanzas de que, al menos, me entretuviera y pasara un buen rato, no de encontrarme con una cinta revolucionaria, vaya. Y menudo fiasco...

Wonder Woman y las pocas maravillas que nos ha dejado

Vamos a ver, no es por la historia, ni por la dirección, ni por los efectos especiales, ni por la producción, ni por la fotografía o el montaje... Todo ello está bien ejecutado, en algunos casos de manera notable. Pero sí hay otros aspectos demasiado importantes que se han descuidado mucho como para no tenerlos en cuenta.

El guion de Wonder Woman, a pesar de ser coherente, se pierde en circunloquios, no es nada preciso, y el desarrollo de la película me provocó que me preguntara en más de una ocasión cuanto tiempo quedaría para que acabase. Únele los diálogos, que o bien optan por el chiste simpático (que bueno, hacen gracia) o son ejemplo, simplemente, de una bobería bastante pueril.

Wonder Woman y las pocas maravillas que nos ha dejado

Existe también un casting bastante horroroso si descontamos a Gal Gadot, Chris Pine y Elena Anaya, a pesar de que cuenta con actores de la talla de Danny Huston, Ewen Bremmer o Saïd Taghmaoui. El elenco se asemeja a un tutifruti histriónico que puede llegar a resultar grotesco en algunos momentos.

Pero sobre todo, Wonder Woman me había esperanzado por mostrar a una mujer empoderada, que defiende a su amado, que se impone con pragmatismo y determinación a las amenazas que ponen al mundo en peligro y lo salva. Es verdad, todo esto ocurre, pero si uno se fija en ciertos diálogos, Wonder Woman parece una quinceañera jipiesca empeñada en que triunfe el amor, más que una poderosa amazona. El alegato feminista, si es que lo hay, acaba convertido en una flatulencia femenina cohibida por las convenciones sociales. Reparte mamporros a diestro y siniestro, ni siquiera se plantea que el macho pueda plantearle problema alguno, pero, al final, da la sensación de que para ella todo era una fiesta de pijamas.

Wonder Woman y las pocas maravillas que nos ha dejado
Wonder Woman y las pocas maravillas que nos ha dejado

Luego, Wonder Woman sufre de detalles completamente inexplicables. El personaje de Steve Trevor parece llegar a la isla de las amazonas a través de un accidente espacio temporal, el mismo por el que le siguen los alemanes, que aparecen de la nada en la isla. Pero después, cuando marcha a Londres con Wonder Woman, les basta con pillar una barca y poner rumbo a la capital inglesa, sin abandonar una realidad que parecía mágica. Y más y más cosas, como armas químicas que aniquilan todo un pueblo, pero solo provocan un poco de tos en otros personajes.

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Y los alemanes, ah, los alemanes. La película se contextualiza en la Primera Guerra Mundial, y los germanos se comportan como nazis. A veces incluso te dará la sensación de que ves una esvástica, pero no, es solo que se aplica el consenso estereotipado de todas las películas de la Segunda Guerra Mundial. Y la verdad es que uno se cansa ya de ver el mito de los anglosajones como liberadores del mundo extenderse hasta el principio de la historia.

Al final la única maravilla de Wonder Woman es la probabilidad de una verdadera Wonder Woman. Mediocre labor la de Patty Jenkins.


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