Revista Cultura y Ocio

“Yo que fui un perro», de Antonio Soler

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«La necesito y la quiero, pero tengo que hacerle comprender que la vida no es fácil, ni un juego, y que si realmente queremos algo tenemos que sacrificar muchas cosas. Debe comprender lo que significa la palabra sacrificio. Abnegación, entrega, firmeza, verdad. Faltan demasiadas palabras en su vocabulario.»

“Yo que fui un perro», de Antonio SolerReseña escrita por Maudy Ventosa.

El último libro del escritor malagueño Antonio Soler, Yo que fui un perro, acaba de ser publicado por la Editorial Galaxia Gutenberg. Un libro desasosegante a medida que el autor va poniendo de manifiesto las obsesiones, los valores y creencias de un personaje enfermo, rígido, desconfiado y celoso, cuyo pensamiento distorsiona los roles de la mujer, fundamentalmente en el plano sexual: en esencia, es un maltratador.

“Yo que fui un perro», de Antonio SolerEn primera persona, el narrador y protagonista, Carlos Cánovas Merchán, estudiante de Medicina, va haciéndonos partícipes del drama personal que vive a diario desde el balcón de su casa, enfrente del de su novia Yolanda, con la que mantiene una relación cruel porque tiene unas normas incompatibles con las suyas y si no se las hace cambiar, a pesar del amor-odio que siente por ella, acabarán rompiendo. La cercanía de las viviendas influye de manera determinante en el control que tiene sobre la víctima: antes de bajar a la calle sabe cómo va vestida, maquillada, peinada… intentando adivinar los motivos ocultos que la mueven. La ventaja de vivir cerca es espiarla, para saber cuándo le miente Su mente distorsiona la percepción de la realidad y entra en bucle. Siempre le atrapa la desconfianza y las discusiones ahogan el amor.

Los prejuicios interiorizados le hacen reaccionar de manera violenta y siempre ha de prevalecer su criterio personal, no solamente en las relaciones con su pareja, sino también en las que establece con sus compañeros y amigos, aunque el eje principal es ella. Ninguno está a su altura. Yoli es estúpida e hipócrita, un pedazo de su corazón que está podrido, una Cenicienta que se da aires de princesa y que, gracias a él, podrá abandonar la fregona; su familia es soberbia e inculta y la ponen contra él la madre resabiada y el padre pelele al que deshumaniza comparándolo con un perro; el hermano le da asco…

Siente un desprecio absoluto por los demás: Paloma tiene cara de viciosa, Miguel parece hijo de un chatarrero; Bermúdez se comporta como un paleto, su tía es una loca por la depresión… Lo último es su madre, que ya no representa su papel filial, para pasar a ser solo una mujer, con la carga negativa que eso conlleva para él.“Yo que fui un perro», de Antonio Soler

La ausencia total de culpa es manifiesta es este tipo de personajes, asumiendo e interiorizando estereotipos machistas muy alejados de la autocrítica. Tan solo se sanciona, de vez en cuando, tachando líneas escritas. Es ella la que tiene que cambiar y adivinar la causa de su enfado, no decírselo él. Habla de subconsciente como de otro yo: El subconsciente. Para muchos, el subconsciente es otra persona, una excusa mediante la cual no asumir los hechos propios, como si un inquilino caprichoso viviera dentro de nosotros.

Plantea una idea muy especial de la justicia, alejada de la venganza. Y es que ella tiene que padecer los mismos sufrimientos que tiene él. De manera timorata, odia todo lo que tiene que ver con la desnudez y la satisfacción sexual de su novia; se la imagina con el camisón, despertando el deseo de su hermano, o de otros. Satisfecha. Ignorándome. Haciéndome daño y disfrutando. No es buena. Y el pasado imaginado de ella vuelve de manera recurrente a su cerebro, una y otra vez, asfixiándolo y golpeándolo, como un martillo pilón.

Demasiada angustia. Tienen que darme una solución. Están abusando demasiado de mí, como si yo fuera el perro que guarda la casa y siempre tiene que estar alerta. Me dan el pan duro para que siga despierto, atento. Mientras todos duermen. Hay cosas que deben acabar, terminar de una vez para siempre.

Ella es mugre. La odia tanto como la necesita. ¿Qué salida tiene ella?

Capítulos cortos que abarcan un curso escolar, un ciclo arriesgado para el escritor porque sólo hay un punto de vista: el del maltratador, pero que atrapa en ese viaje interior hacia la maldad más pura y cercana, por lo cotidiano y cercano de un personaje con el que es imposible empatizar.

¡Eres mía, eres mía…! Sí Carlos, sí.

Solo queda la huida si quiere ser libre.

Personajes desde el punto de vista del protagonista:

  • Carlos Cánovas Merchán, estudiante de Medicina. Celoso y desconfiado. Es un corazón atormentado, enfermo. Se considera una persona meticulosa, pensadora, buscadora de respuestas. Una persona con preguntas.
  • Yolanda, estudia Magisterio y duerme con su hermano delgado y anémico de dientes salidos y ojos hundidos. Su camisón de tirantes, si se agacha, deja ver todo. Yoli, Yuli o Yolona, cuando hacen el amor, cuando desvía los ojos y los pone medio vacíos y él imagina con cuántos más…
  • Verónica, la amiga de Yolanda. A veces habla con un tono dramático, como si disfrutara con las adversidades.

Y Benito, que tiene acné y se droga; yLolo, homosexual que trabaja en una funeraria, sarcástico; Eusebio, pareja del Lolo, pretencioso; Bermúdez, que es bobo; Miguel, amable, le escribía cartas magníficas cuando estaba en Barcelona; el hermano de Yola, como un gusano con los dientes salidos y pelillos en el bigote, simiesco; Cecilia, guapa; la madre de Yolanda, una analfabeta cromañona…

Lee y disfruta de un fragmento de la novela.

“Yo que fui un perro», de Antonio Soler

El autor:
Antonio Soler nació en Málaga en 1.956. Es autor de quince novelas. Entre ellas, Los héroes de la frontera, Las bailarinas muertas, (Galaxia Gutenberg, 2016), El nombre que ahora digo (Galaxia Gutenberg, 2020), El camino de los ingleses, llevada al cine con guion del propio Soler, El sueño del caimán (Galaxia Gutenberg, 2022), Una historia violenta (Galaxia Gutenberg, 2013), Apóstoles y asesinos (Galaxia Gutenberg, 2016) y Sur (Galaxia Gutenberg, 2018), una novela deslumbrante y fascinantemente rica en la que aparecen todas las historias que hierven en una ciudad, oscilando cada día entre el infierno, la salvación o la insignificancia. Sacramento (Galaxia Gutenberg, 2021), su última novela recogía un tenebroso caso real en torno al abuso de poder. Ha publicado también un libro de relatos,  Extranjeros en la noche.
Sus novelas se han traducido a una docena de idiomas.
Ha realizado diversos trabajos como guionista y ha sido colaborador fijo de los diarios Sur y El Mundo (Andalucía) y de la Agencia Colpisa, así como del suplemento dominical El semanal. También ha colaborado en los diarios ABC, El País y El Periódico de España y en el suplemento dominical de El Periódico de Barcelona además de en diferentes revistas literarias. Ha sido Escritor en Residencia en el Dickinson College de Pensilvania en dos ocasiones.

Ha impartido conferencias y cursos en numerosas universidades e instituciones culturales de Europa, Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá. Es miembro fundador de la Orden del Finnegans.

El libro:
Yo que fui un perro ha sido publicado por la Editorial Galaxia Gutenberg en su Colección Narrativa. Encuadernado en Tapa dura con sobrecubierta, tiene 296 páginas.

Como complemento pongo un vídeo en el que Antonio Soler nos habla de su novela Yo que fui un perro.


Para saber más:
https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Soler_(escritor)


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