2. No te obsesiones con la báscula. Hay que pesarse una vez semanalmente sin ropa y en ayunas. Perder peso es un logro progresivo.
3. Hacer ejercicio y deporte. Algunos de los beneficios incluye: fortalecimiento del sistema cardiovascular, quema toxinas y grasas y oxigena tu cuerpo.
4. Alimentarte más saludablemente: no es tan difícil llevar una dieta sana mientras disfrutas de la comida. Recuerda 70%
5. Desayunar bien cada mañana: es la comida más importante del día. El mejor desayuno aporta entre un 20 y un 25% del aporte calórico diario.
6. Mantenerse hidratado: ¾ partes de nuestro cuerpo son agua.
7. Lee sobre alimentación. Infórmate bien. Cuanto más informado estés, mejor podrás elegir lo que más te conviene.
8. Duerme ocho horas. El sueño insuficiente provoca la generación de la hormona que estimula el apetito e inhibe la que da al cerebro señales de saciedad, tal como han señalado investigadores de la Universidad de Chicago, recientemente.
9. Mastica los alimentos tranquilamente. Comer despacio hace que se saboree mejor la comida y además consigue que se coma menos. El cuerpo reacciona con señales de saciedad a los veinte minutos de comenzar a comer. Así, se ingiere sólo lo necesario.
10. No piques entre horas. Hacerlo entre las comidas lo único que consigue es almacenar grasas y se lleva por delante los esfuerzos de seguir la dieta.
Ante todo, para cumplir estos propósitos se debe mantener una actitud y pensamiento positivo, porque todo objetivo requiere un esfuerzo y sacrifico.
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