Muchas de ellas ya no están, algunas siguen tejiendo y otras no han vuelto a tocar la lana. Algunas permanecen al pie de cañón y otras lo hacen en la distancia, porque la vida les ha hecho cambiar de ciudad y de ritmo y de grupo lanero, pero siguen queriéndonos.
Olga se fue y cuando lo hizo quise que se llevara un trocito de mí, que no olvidara nunca que era una Gilda. Y Paola también se fue, ¡Y Estepona está muy lejos! Ella también es una de esas guerrilleras que tejen en la distancia, enviamos lana y recibimos tejidos maravillosos para todas nuestras acciones.
En este envío de lana he querido agradecer a Paola que siga al pie de cañón, aunque nos separen más de 1000km ella sigue siendo una Gilda.
Le encantan los búhos y como en cada cosa que hago deseo probar algo nuevo, esta vez probé a tejer el punto cocodrilo, al qué tantas ganas tenía. Así que le tejí un cubre-tazas-búho.