"Vacunar a los niños es la manera más segura de evitar enfermedades y muertes". Tajante, Mary Robinson, la política irlandesa (Ballina, Irlanda, 1944) que ahora dirige la Alianza Global para la Vacunación y la Inmunización (GAVI por sus siglas en inglés) no duda del valor de esta medicación preventiva. Robinson ha estado en España para recibir un primer donativo de 500.000 euros de la alianza de 140 empresas que, lideradas por La Caixa, se han unido para fomentar estas actividades.
La veterana política (ha sido presidenta de su país, pero también alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos) dirige GAVI desde hace cuatro años. "La vacunación es una cuestión de derechos humanos; todos los niños tienen derecho a ella, pero no a todos les alcanza", afirma. Su organización, fundada en 2000, ha vacunado ya contra las principales enfermedades infantiles a 288 millones de niños de 72 países, lo que supone haber evitado 5,5 millones de muertes, indica Robinson.
Pero la tarea no acaba nunca. En los últimos años han surgido dos vacunas que GAVI quiere impulsar: la del rotavirus (que causa diarreas, la primera causa de muerte en niños) y la del neumococo de las neumonías. Y Robinson apunta que, "como mujer y abuela", ve con interés la del papiloma para prevenir el cáncer de cérvix. Por eso el presupuesto de 3.000 millones de dólares (2.200 millones de euros) "se queda corto". Y más en tiempos de crisis. Por eso la idea de un patrocinio empresarial -y el de España es el primero de este tipo con el que cuenta GAVI- le parece a Robinson tan buena idea.
Para su tarea, GAVI cuenta con el apoyo de las compañías farmacéuticas, que facilitan las vacunas "a bajo precio a través de Unicef". Eso las que no pueden conseguir de fabricantes de genéricos. El éxito del programa es tan grande que hasta países como China, oficialmente ya fuera de la lista de los más pobres, les pide ayuda. "Lo que pasa es que China es tan grande que hay zonas muy desarrolladas, pero hay otras que están muy atrasadas todavía", admite Robinson. Por eso la política admite que el molesta y preocupa el movimiento -"infundado", insiste- que dice que las vacunas que se usan habitualmente son un peligro.
Robinson, además, añade otro tema a la conversación: su recientemente creada organización Climate Justice (algo así como Justicia Climática), que comparte con GAVI que se ocupa de materias que los países ricos ya tienen solucionados, como es el acceso a la energía. ""Es una violación de los derechos humanos que mil millones de personas no tengan acceso a la electricidad", afirma. Claro que su objetivo es facilitarla, pero no a cualquier precio: el cambio climático y el calentamiento también están entren sus prioridades, así que apuesta por baterías solares o sistemas de reciclado.
**Publicado en "El Pais"