1816, el año sin verano III: influencia en la literatura.

Publicado el 14 diciembre 2016 por Mj Sol
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Ya comentábamos al principio que en las situaciones más adversas florece el ingenio y el arte, y eso es lo que ocurrió en aquel frío, oscuro y desdichado verano.

Villa Diodati.

Lord Byron, que había tenido que abandonar Inglaterra ese mismo año para nunca volver, había planeado pasar el verano en Suiza, junto al Lago Lemán y allí se instaló con su joven médico y secretario John William Polidori. Estando en Villa Diodati recibió la visita de Percy Bysshe Shelley, Mary Wollstonecraft Godwin (que meses después se convertiría en su esposa, Mary Shelley y que ella misma había manifestado su deseo de que ya se la llamase así)y la hermanastra de ésta, Claire Clairmont. Los planes del grupo eran pasear en barca por el lago y hacer excursiones, pero solo en un par de ocasiones pudieron cumplir sus expectativas, ya que, según señala la misma Mary: “la incesante lluvia nos confinó a menudo durante días (…) Los truenos estallaban de forma aterradora sobre nuestras cabezas”. Se pasaban los días encerrados en la casa, con el fuego encendido, hablando sobre el fluido vital que insufla la vida, los experimentos de Benjamin Franklin con la electricidad del cielo y los trabajos de Erasmus Darwin en galvanismo. Percy estaba fascinado por el galvanismo y se hacía con cuanto libro saliera sobre ello, incluso él y Mary asistieron a una conferencia sobre este tema y los usos medicinales de la electricidad en 1814. El galvanismo era una teoría creada por un médico y físico del siglo XVIII llamado Galvani, que aseguraba que el cerebro produce electricidad y ésta, conducida por los nervios, llega hasta los músculos produciendo el movimiento. Esa electricidad que tienen todos los seres vivos permanece latente al morir y Galvani pensaba en la posibilidad de darles electricidad de nuevo y devolverlos a la vida, así lanza la hipótesis sobre lo que llama "electricidad animal". Puede decirse que con estos estudios Galvani pone la primera piedra para lo que más tarde sería la neurofisiología y que las investigaciones posteriores sobre el galvanismo, llevadas a cabo por numerosos científicos, condujeron al desarrollo, mucho después, del desfibrilador. Pero no solo hablaban de cuestiones científicas, también se contaban cuentos de terror y leían historias de fantasmas hasta altas horas de la madrugada.

Mary Shelley, Percy Shelley, Lord Byron y John Polidori.

Durante una de esas veladas, la noche del 16 de junio de 1816, Lord Byron propone a sus amigos que cada uno de ellos escriba una historia de terror. Claire no entra en el juego y el mismo Lord Byron y su amigo Percy Shelley desisten pronto de su intento.Mary Shelley tiene una espantosa pesadilla.
Cuando apoyé la cabeza sobre la almohada no pude dormir, tampoco  podría asegurar que estuviese pensando. Mi imaginación, sin yo requerirlo, me poseyó y me guió dotando a las imágenes que surgían en mi mente de una intensidad que estaba más allá de las fronteras del sueño. Vi – con los ojos cerrados, pero a través de una aguda visión mental -, vi al pálido estudiante de artes diabólicas arrodillado al lado de aquella cosa que había conseguido juntar. Vi el horrendo fantasma de un hombre yacente, y entonces, bajo el poder de una enorme fuerza, aquello dio señales de vida y se agitó con un torpe, casi vital, movimiento. Era espantoso.
Pero de esta pesadilla y de las conversaciones de esos días, surge la idea de lo que, en principio, iba a ser un relato corto “una historia que hablase a los miedos misteriosos de nuestra naturaleza (…) Una criatura fabricada, ensamblada y dotada de calor vital”. Narración que fue trabajando posteriormente y que se convertiría en una de las novelas de terror más importantes de todos los tiempos: Frankenstein o el moderno Prometeo.

Manuscrito original de Frankenstein.

Mucho se ha estudiado sobre las fuentes de inspiración de Mary Shelley para su obra maestra. Una de las hipótesis sería que conociera los experimentos de Andrew Crosse que, aunque realizó años más tarde sus más importantes descubrimientos sobre la materia, había dado una conferencia en Londres en 1814 sobre la posibilidad de recolectar energía eléctrica de la atmósfera. Aquella charla a la que asistieron varios amigos de Mary y, probablemente, le contaron, pudo inspirar la máquina del doctor Frankenstein. Otra tesis es la publicada en 2002 en la prestigiosa revista Royal Society of Medicine, que señala a James Lind como el verdadero doctor Frankenstein. Este médico, astrónomo y geólogo escocés, que fue uno de los descubridores del escorbuto y de los primeros en recomendar a las grandes embarcaciones que llevaran frutas ricas en vitamina C para la alimentación de los tripulantes, era muy reputado pero también tenido por excéntrico, lo que no le impidió cartearse con personajes de la categoría de Benjamin Franklin. Su laboratorio era como el del famoso doctor de la novela de Shelley y estaba lleno de máquinas galvánicas. Estaba muy interesado en esta teoría y hacía experimentos para devolver la vida a animales muertos. Incluso llegó a hacer una demostración ante el rey Jorge III, también atraído por estos temas. Pues bien, según este estudio Lind fue tutor y amigo de Percy Shelley y, aunque Mary no lo conoció personalmente, sí había oído hablar de él.Según la controvertida teoría del historiador rumano Radu Florescu (autor de En busca de Frankenstein y coautor de En busca de Drácula) Mary Shelley también se pudo inspirar en la vida de Johann Conrad Dippel, un médico, experto en anatomía y alquimista que afirmaba haber descubierto la clave para el principio vital y que había nacido en el castillo de Frankenstein (cerca de Darmstadt, Alemania). Sus experimentos suscitaron mucho recelo entre la población de los alrededores que crearon toda una leyenda entorno a su persona. Los historiadores locales creen que Mary conoció la historia de Dippel gracias a Mary Jane Clairmont, su madrastra, que era la traductora de las obras de los hermanos Grimm y a quien el mismo Jacob Grimm había hablado de Dippel. Florescu se atreve, incluso, a sugerir que la misma Mary Shelley acompañada de su hermanastra Claire Clairmont y Percy Shelley visitaron el castillo de Frankenstein de camino a Ginebra, idea que no es apoyada por ningún otro historiador. En la actualidad los turistas visitan el Castillo Frankenstein todo el año, pero especialmente las tres últimas semanas de octubre cuando se celebran fiestas con motivo del cercano Halloween, costumbre que trajeron los soldados estadounidenses de la próxima base militar situada en Darmstadt y a los que el castillo les parecía el lugar perfecto para tal festejo. El último día de octubre se celebra, la que se ha denominado, la mayor fiesta de Halloween de toda Europa. Sea como fuere, una vez publicada, la novela tuvo tanto éxito que llegó a poner de moda de nuevo los "locales de electricidad" o la llamada "terapia eléctrica". La gente creía en la posibilidad de que la electricidad pudiera curar enfermedades, hasta el momento mortales, y acudían a estos centros donde, mediante el uso de máquinas complejas con grandes baterías, les proporcionaban tranquilidad y bienestar.

Ejemplar de la primera edición de Frankenstein dedicado por Mary Shelley a Lord Byron. Percy se lo envió junto a una nota: "(...)Ha tenido un considerable éxito en Inglaterra; pero ella me ruega que os diga que 'consideraría vuestra aprobación el testimonio más halagador de su mérito'".


Edición alemana de  El Vampiro de Polidori (1819).

Por su parte, respondiendo al reto lanzado por Lord Byron, el doctor Polidori comenzó a escribir El Vampiro, de la que se ha afirmado que el protagonista, Lord Ruthven, misterioso, frío y embaucador de mujeres estaba inspirado en el propio Byron, que continuamente le hacía desprecios al joven doctor y lo llamaba “pobre Polidori”. Al principio se creyó que la obra era fruto de la pluma de Byron. Pero la verdad salió a la luz. El Vampiro se publicó en forma de novela tres años después convirtiéndose en la precursora del género de vampiros y siendo el personaje en el que se basó, casi 80 años después, Bram Stoker para su famoso Drácula. Muchos lectores de ambas obras juzgan la de Polidori superior a la de Stoker.

Portada de El Vampiro de Polidori.

En el caso de Polidori su inspiración está más clara, ya que él mismo afirma que se basó en las historias de vampiros que había escuchado en los Balcanes. Para mucha gente algunos lugares de Europa estaban habitados por estos seres.

Curiosamente, Radu Florescu fue también estudioso de este personaje vampírico, y se dice del historiador que nadie ha hecho tanto por acercar las tradiciones rumanas y la verdad que se esconde tras Drácula al resto del mundo. Varias semanas después y ya instalado fuera de Villa Diodati, Lord Byron se siente inspirado por este inclemente verano de cielos oscuros, nubes tormentosas y por la idea del fin del mundo y escribe el poema Oscuridad

Tuve un sueño, que no fue un sueño. / El sol se había extinguido y las estrellas/ vagaban a oscuras en el espacio eterno. / Sin luz y sin rumbo, la helada tierra / oscilaba ciega y negra en el cielo sin luna. / Llegó el alba y se fue. / Y llegó de nuevo, sin traer el día. (…)

Hablando de otro genio literario, también ha habido debates sobre si Charles Dickens, que era un niño en 1816 y vivió la década más fría que había sufrido Inglaterra viendo ocho inviernos nevados seguidos, la escasez de alimentos, las penurias de los más pobres y la mendicidad y el robo de los hambrientos, pudo sentirse influenciado por estos hechos para crear ambientes en sus novelas, como por ejemplo, el largo y helado invierno de Cuento de Navidad. Se dice que, precisamente, la imagen de la Navidad blanca  y nevada que todos tenemos, aunque vivamos en lugares donde nunca nieva, la creó Dickens de los recuerdos de su infancia.