Pensar en un deseo y soplar con fuerza para hacer volar todas las semillas de esta preciosa flor, así soñamos que la posibilidad de que se haga realidad está un poco más cercana... ¿quién no lo ha hecho? La forma en que la etérea flor se queda desnuda tiene un efecto mágico efecto que nos recuerda a la infancia y a los cuentos...
La artista alemana Regine Ramseier ha recogido 2000 de estas flores campestres, cuyo nombre científico es Taraxacum officinale, y con un pegamento en spray ha fijado sus semillas y ha montado una instalación efímera, un jardín interior y misterioso que nos invita a contemplar esta flor desde otra perspectiva, una nube blanca de flores que no son flores que desafiante nos contempla y con la misma magia de siempre nos hace mirar hacia arriba y pensamos... soplar, soplar, soplar... ¡pide un deseo!