J. A. Marina define la felicidad como “la armoniosa satisfacción de nuestras tres grandes necesidades: el bienestar, la vinculación social, la ampliación de necesidades”. Afirma que no se puede buscar directamente sino que surge de la práctica de otras actividades. Además da un ejemplo que para mí es muy clarificador: somos felices jugando, no jugamos para ser felices.
¿Cómo hacer que un propósito tan amplio se concrete? Por un lado, recentrando: centrarnos en algo más específico como, por ejemplo, quiero divertirme este fin de semana. Esto implica también que tengamos que desglosar el propósito de gran tamaño e inespecífico en otros propósitos más pequeños.
Por lo tanto, la pregunta que uno se ha de hacer no es qué es ser feliz, sino qué es lo que te hace feliz. Podemos pensar varias situaciones o cosas que nos harían felices y luego valorarlas para ver si realmente proporcionan felicidad. Es una buena estrategia buscar aquellas actividades que nos alegran la vida y añadirlas a nuestra agenda para hacerlas YA.
Lo que te hace feliz te hará disfrutar de la vida. Uno puede pensar “vale, eso está bien, pero…¿por dónde empiezo?”. Empieza disfrutando de lo que ya tienes. La felicidad depende de cómo vivimos lo que nos ocurre, de cómo disfrutamos de lo que ya tenemos. Si tienes algo especial guardado para una ocasión especial, ¡úsalo hoy! Hoy es ese día especial.
Tú decides cada día. Disfruta con lo que haces y celebra tus éxitos. Prémiate por aquello que consigas.