Cómo conectar con el paciente no es una asignatura muy desarrollada en la mayor parte de las escuelas de medicina y muchas veces los médicos lo aprendemos con la práctica. Además, los médicos por lo general no somos buenos comunicadores por lo que en ocasiones no logramos transmitir a nuestros pacientes un mensaje claro, científico y emocionalmente reparador.
Por ello hoy quería compartir una serie de detalles que he aprendido con los años y que creo que todos los médicos deberíamos tener en cuenta cuando tratamos con pacientes en la consulta:
- Viste de forma profesional. El paciente merece un respeto.
- Antes de ver al paciente, prepárate la consulta. Que el paciente perciba que le esperabas, que sabes para qué ha venido, que estás focalizado en él.
- Después de saludarle y presentarte a ti mismo, trata al paciente por su nombre.
- Inicia la consulta con una frase introductoria como "¿En qué podemos ayudarle?" Solo hay una oportunidad para crear una primera buena impresión y no hay que perderla.
- Si estás estresado o tienes algún problema, respira profundo antes de ver al paciente para que no te note tenso. El paciente viene a contarte sus problemas, no a que se los cuente el médico.
- Intenta no ir con retraso. El tiempo de los pacientes es tan importante con el tuyo. Y si por alguna razón has hecho esperar al paciente, lo primero pídele disculpas, e incluso explica brevemente el motivo del retraso, si se puede contar...
- ¡Mindfulness! Es decir, atención plena en la consulta. El paciente debe sentirse el protagonista. No móviles, ni conversaciones con las enfermeras sobre otros temas u otros pacientes, no interrupciones ni entradas y salidas de enfermeras en la consulta.
- Cuidado con el lenguaje corporal: mira a los ojos del paciente y no estés muy lejos de él. Por ejemplo, en nuestro nuevo hospital hemos eliminado las mesas entre el paciente y el médico para no crear distancias y el paciente se sienta en un sofá http://ricardoruizdermatologo.blogspot.com.es/2016/01/incorporamos-el-nuevo-sofa-yo-tu-medico.html
- Enseguida aborda el tema por el cual el paciente ha venido a la consulta. Que el paciente compruebe que su enfermedad o el motivo de su consulta es lo que realmente importa.
- Pregunta cómo le afecta la enfermedad psicológicamente. Es vital que el médico sea sensible a lo que el paciente padece. Preguntar cómo lleva la pérdida de pelo, o cómo es vivir con psoriasis, o cómo tolera un adolescente tener acné, hace que podamos medir el grado de sufrimiento para poder proporcionar apoyo psicológico si lo necesitara y también ajustar la agresividad del tratamiento.
- Se auténtico. El paciente siempre detecta si de verdad le importas.
- Usa el poder el tacto. Un caluroso y medido apretón de manos, explorar la zona patológica con sensibilidad es fundamental para que el paciente se sienta bien explorado. Yo tenía un jefe que siempre nos decía que tocáramos al paciente con alteraciones en la piel sin guantes, que viera que no nos produce ningún tipo de rechazo el hacerlo. Evidentemente siempre hay que tener en cuenta consideraciones culturales y personales para no dar lugar a malentendidos...
- Sonríe. Estamos rodeados de personas que van enfadadas por la vida. Se ha demostrado que una sonrisa es lo que produce una mejor primera impresión. Sonreír abre muchas puertas emocionales.
- Intenta no mirar en exceso al ordenador delante del paciente. En nuestra clínica terminamos de escribir la historia clínica mientras el paciente se está vistiendo después de la exploración. Hay estudios que demuestran que en muchos centros el médico pasa hasta 5 veces más tiempo mirando al ordenador que al paciente. Así es imposible que la experiencia del paciente sea buena.
- Usa un lenguaje sencillo, el que usarías para hablar con un amigo no médico.
- No ofrezcas demasiadas opciones de tratamiento. El paciente quedará confundido y en realidad acude a tu consulta para que le aconsejes como si fueras un familiar suyo.
- Comprueba cuales son sus expectativas con respecto al tratamiento que puedes ofrecer. Si son excesivas intenta rebajarlas. Recuerda la fórmula PACIENTE SATISFECHO: RESULTADOS - EXPECTATIVAS. Si las expectativas son demasiado altas el paciente nunca estará satisfecho.
- Si el paciente está contando algo muy personal y le notas incómodo, manda salir a la enfermera si lo crees apropiado.
- Si en el centro hay rotantes o médicos en prácticas, siempre pide permiso al paciente para que pase.
- Nunca hables mal de otro colega. No sabes realmente en qué situación estaba el paciente ni la enfermedad cuando fue valorado por otro médico.
- Termina la consulta preguntando si le queda alguna duda.
- Se accesible. Que el paciente pueda consultar alguna duda contigo si existiera después de la consulta. En nuestro centro siempre facilitamos correos electrónicos de los doctores o incluso los móviles en casos de procedimientos médicos o quirúrgicos. En la Clínica Mayo dicen que el médico perfecto es el triple A: Afabiliy, Ability and Availability, es decir, simpático, capaz y ACCESIBLE.
Utilizando estos consejos os aseguro que la satisfacción del paciente aumenta, que el grado de fidelidad crece, que la adhesión al tratamiento, es decir, las posibilidades de que el paciente siga el tratamiento que le has encomendado, se magnifica de forma notable. Si los médicos diéramos más importancia a este "arte de la consulta" nos sentiríamos más a gusto con nosotros mismos y volveríamos a las raíces de la verdadera medicina: curar a veces y aliviar siempre. Además, si actuamos así jamás seremos reemplazados por máquinas o robots....