Necesitaba una alfombra para la puerta de la terraza.Necesitaba un rascador para que Nati, mi gata, dejara en paz el sofá.
Pensando pensando se me ocurrió que mezclando las dos necesidades mataba dos pájaros de un tiro de una manera decorativa y ahorrándome el espacio del rascador, que otra cosa no pero estéticos son bien poco!
Así que en un viaje a mi Leroy del alma me hice con una soga y de paso una alfombra de esas económicas de baño.El DIY es de lo más sencillo.
-Empiezas enroscando la cuerda hasta tener el tamaño de la alfombra de baño.
-Luego impregnas bien con adhesivo la cuerda. Yo gasté un bote entero y además me puse unos guantes y me dediqué a seguir con el dedo el recorrido de la cuerda para asegurarme todas las uniones.
Una vez toda la cuerda impregnada de adhesivo es momento de colocar sobre él la alfombra de baño.Veréis que en la siguiente foto apenas se ve (solo en el agujerillo central se aprecia algo marrón) y es que precisamente buscábamos eso: ocultar la alfombra de baño.
Hay que presionar por todo suavemente, para que penetre el adhesivo.
Después lo dejaremos secar. Al ser express con unos pocos minutos estará listo, aunque como será una pieza que sufrirá mucho os aconsejo dejarlo 24h, así nos aseguramos una fijación por los siglos de los siglos, a prueba de gatos con mala leche y pisotones con poderío.Yo ya la he puesto en la puerta de la terraza, y parece ser que a Kiko le ha gustado tanto que no nos deja utilizarla al resto.