La prevalencia de las enfermedades alérgicas a nivel mundial no cesa de aumentar y los expertos estiman que entre el 30% y el 40% de la población está afectada por una o más enfermedades alérgicas. En España, las cifras son similares, una de cada cuatro personas padece algún tipo de trastorno alérgico. Por esta razón, la Organización Mundial de la Alergia (WAO, por sus siglas en inglés) y las sociedades que la integran, entre las que se encuentra la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), ha designado la semana del 4 al 10 de abril como la Semana Mundial de la Alergia. Bajo el lema, “Las enfermedades alérgicas: un problema de salud pública”, los alergólogos de todo el mundo quieren llamar la atención sobre estas patologías que cuentan en la actualidad con una gran parte de la población afectada, pero que, en el futuro aumentará su prevalencia y por lo tanto, el impacto sobre la salud pública y los recursos sanitarios disponibles. “Las alergias complejas, que involucran la polisensibilización y la participación de múltiples órganos, están aumentando en prevalencia, con una alta morbilidad produciendo una mayor demanda en la prestación de servicios de atención de salud” aclara el doctor Pedro Ojeda, secretario de la SEAIC.
-Amenaza de futuro Los expertos prevén que los problemas alérgicos se incrementen a medida que la contaminación atmosférica y la temperatura ambiental aumenten debido a los cambios ambientales y climáticos, que afectan a los recuentos de pólenes, el número de insectos y la prevalencia de hongos asociados a las enfermedades alérgicas. A las consecuencias del cambio climático y la contaminación atmosférica se le suma el notable incremento de enfermedades alérgicas en la población infantil y juvenil. Por lo que, en opinión de la doctora Victoria Cardona, secretaria de la Fundación SEAIC y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Europea de Alergia (EAACI), “en un futuro próximo se espera que aumente en gran medida la carga sanitaria y social de las enfermedades alérgicas, en la medida que los pacientes jóvenes actuales se convierten en adultos”. Hasta el momento, los intentos para combatir las enfermedades alérgicas son a menudo muy variables y dispersos a nivel mundial, ya que no todos los países cuentan con la infraestructura necesaria para atender a la creciente población alérgica ni con suficiente dotación de especialistas en Alergología para atender este problema. “La falta de servicios de alergia conduce a una disminución de la calidad de vida, al aumento de la morbilidad y mortalidad, y a un costo considerable para los pacientes con enfermedades alérgicas” recuerda el doctor Ojeda. “Aquellos alérgicos que viven en condiciones de pobreza- continúa este experto- se ven seriamente afectados cuando la enfermedad alérgica les impide trabajar, y más aún cuando el alto coste de los medicamentos los hacen inaccesibles”.