Cuando hablamos de dependencia o independencia en el caso de las personas mayores nos referimos a su mayor o menor capacidad para llevar a cabo las actividades de su vida diaria.
Normalmente diferenciamos entre actividades básicas (que engloban aquellas que afectan a los cuidados más básicos, como el aseo o la alimentación) e instrumentales (aquellas que requieren una mayor capacidad e independencia, como manejar el dinero o utilizar el transporte).
Existen distintos instrumentos para evaluar la capacidad de las personas mayores para llevar a cabo estas actividades, tanto básicas como instrumentales. Sin embargo, ¿en qué medida la independencia o dependencia de una persona mayor depende exclusivamente de su capacidad?
Me refiero a que, en ocasiones, el entorno de las personas mayores condiciona que puedan ser más o menos independientes. Y es aquí donde podemos actuar para facilitar que puedan ser más independientes por más tiempo, reduciendo parcialmente su nivel de dependencia.
Determinados obstáculos en el hogar actúan como barreras arquitectónicas. Pero no sólo eso, si no que algunos de nuestros comportamientos con la persona mayor pueden propiciar que se comporte de forma más o menos autónoma.
Cuando estamos inmersos en la rutina diaria, quizá actuamos de forma automática, sin percatarnos de que algunos de nuestros comportamientos pueden estar influyendo en cómo actúan los demás.
A continuación me gustaría proponeros 4 sencillos consejos para ayudar a las personas mayores -con movilidad reducida y/o deterioro cognitivo- a ser más independientes.
1. Deja que lo haga por sí mismo.
La personas mayores, sobre todo en caso de que presenten dificultades de movilidad o deterioro cognitivo, necesitarán más tiempo que antes para realizar determinadas tareas. Darles espacio y tiempo para llevar a cabo las tareas por ellas mismas facilitará que sean más autónomas, continuando ellas mismas con su realización. Por ejemplo, abrocharse los botones de la chaqueta supondrá más esfuerzo y tiempo, pero permítele que lo haga por sí mismo.
2. Facilítale sólo lo que pueda necesitar.
Poner a su disposición sólo aquello que necesita reducirá su confusión y facilitará la realización de la tarea. Por ejemplo, resulta importante facilitarles solamente los utensilios que van a utilizar a la hora de comer (por ejemplo, si el plato es sopa, facilitaría la tarea colocarles en la mesa solamente la cuchara). Otro ejemplo habitual es la hora de vestirse. Ayúdale ofreciéndole solamente la ropa propia de la estación del año, para que elija entre ella. Otra forma de ayudarle es ofrecerle solamente la ropa que se vaya a poner, en el orden en que se la debe poner (en caso de que el deterioro cognitivo sea grave).
3. Guíale verbalmente.
Si la persona está afectada por un deterioro cognitivo grave, la guía verbal facilitará la ejecución de las actividades de la vida diaria. Podemos ofrecerle nuestro apoyo indicándole cada uno de los pasos que debe realizar, utilizando un lenguaje claro y sencillo.
4. Refuérzale por su ejecución.
Refuérzale siempre, por todo aquello que realice correctamente. O simplemente por la intención de realizarlo. Refuerza cada paso, cada pequeño logro. Es importante que la persona sepa que se espera que ella siga teniendo el control y llevando a cabo las actividades que antes realizaba.
Estos son sólo algunos consejos que pueden facilitar a las personas mayores con movilidad reducida y/o deterioro cognitivo la realización de las actividades de la vida diaria. Que ellas mismas puedan continuar haciéndolas les proporcionará mayor autonomía y reducirá su nivel de dependencia.
Recuerda, ¡ayúdale a ser más independiente!