Saber cómo vas a iniciar y finalizar tus proyectos no es suficiente. Si no ejercitas a diario tu capacidad de acción, te convertirás sin mucho esfuerzo en un legendario comeflores. La ausencia de esta capacidad te hace ver como alguien incapaz de aterrizar sus ideas. Alguien así, en contraste a otra persona más resuelta a concretar resultados, terminará siendo alguien que cualquiera echaría a un lado a la hora hacer equipo. Alguien en ausencia de esta capacidad, en momentos cruciales, siempre es alguien sacrificable, alguien que se echa al mar. Yo no quiero que seas un naufrago. Por eso debes mantener estas creencias en tu cabeza.
- Si no te gusta dónde estás, muévete. Tú no eres un árbol. Así comienzan todas las grandes historias de superación: “Alguien mueve algo”. Albert Eistein lo dijo: Nada sucede hasta que algo se mueve. Quien se para a llorar, quien se lamenta, quien hace otra cosa que no sea la superación, no será un vencedor, será un vencido lento.
- Muévete despacio pero siempre. No temas avanzar lento, teme no salir del mismo lugar. No importa si eres León o Gacela, lo importante es que en cuanto salga el sol por la mañana, ¡EMPIECES A CORRER! ¡Andemos! El movimiento se demuestra andando. No hay viaje más largo que estar siempre en el mismo sitio
- Equivócate por tomar la acción, no por inacción. Recuerda que crecer es lo que hacemos después de equivocarnos. Nadie crece sin antes equivocarse. Si eres adicto a la perfección y autoexigirte, recuerda que la perfección es una pulida colección de errores.
- Tu futuro se crea a cuenta regresiva. El futuro no lo predices. Lo creas hoy. Convéncete de eso. ¿Qué es el pasado? Una tumba si no sales de él. ¿Qué es el futuro? El eco de todo lo que hagas hoy. Conéctate a modo aquí y ahora. Haz todo lo que sabes que tienes que hacer y vive como si fueras a morir al final del día. En el cielo o en el infierno te van a hacer la misma pregunta: ¿Por qué estás aquí?
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