Cuando salimos de casa y viajamos a un lugar extraño, culturalmente muy distinto, con otro idioma y costumbres, estamos obligados a confiar en extraños, a separarnos de la seguridad de nuestro hogar y vivir lo esencial, todo excepto el aire que respiramos nos es ajeno y solo es nuestro poco más que nuestra maleta. Para este viaje quería contar con la mejor compañía y buscar cómplices para vivir en grupo una maravillosa aventura en África. Desde mis 21 días en Nepal donde eché de menos a mi gente, no había vuelto a escapar y en esta ocasión viajo junto a Ana y Merche.
Es necesario tener la mente abierta para como casi siempre terminar comprendiendo que estamos profundamente equivocados respecto a muchas personas y países distintos al nuestro y nuestros prejuicios nos encarcelan. Los tres estábamos dispuestos a entenderlo.
Desde el principio quisimos ver la verdadera y profunda Marrakech y por eso decidimos alojarnos entre las murallas de su Medina, lugar de zocos, de callejuelas estrechas, de olores a esencias y té con hierbabuena. Elegimos un Riad (jardín en árabe), unas casas totalmente cerradas al exterior con sus habitaciones dispuestas en torno a un patio central. Desde nuestra llegada, que fue a la una de la madrugada para tener un vuelo barato después de la semana de trabajo, nos prepararon una riquísima cena típica marroquí en una mesa en el patio sin más explicación. Un estupendo comienzo el comprobar la principal diferencia del Riad con el Hotel, en el primero se amoldan a las necesidades del huésped, en el hotel eres tú el que debe cumplir siempre sus normas y estrictos horarios.
Ya sabéis que mi afición es la fotografía y para este viaje me acompañe como siempre de mi cámara Nikon D7100. y esta vez con el todo-terreno Nikon AF-S DX 18-140mm 3.5-5.6G ED VR. Marruecos es un lugar de contrastes con un juego de colores inconfundible y unas mezclas continuas que harán que en tus recuerdos no exista el blanco y negro. El rojo de sus murallas y fachadas, sus puertas y ventanas azules, las paredes blancas, sus adornos metálicos y sus gentes con unas vestimentas coloridas y muy llamativas quedarán marcadas en tu retina y querrás volver con tu cámara otra vez. Aquí os dejo algunas "Fotos de Marrakech".
Comer no será difícil y a buen precio. Hay multitud de bares y terrazas donde hacerlo. Es muy común la utilización de las azoteas de los edificios para la hostelería y en cualquier callejuela y puerta pequeña puedes encontrar un escondido lugar para comer tranquilamente cualquiera de los exquisitos platos de la gastronomía de Marruecos que desde luego os recomiendo. A la vuelta, repaso del día y unas risas con un buen té con hierbabuena o una cerveza marroquí en alguno de los escondidos lugares donde se puede tomar, para esperar la hora de la cena.
QUE VER EN MARRAKECH
MEDINA de Marrakech
Es la verdadera Marrakech, la ciudad vieja resguardada por muros y torres de tierra roja
que esconden unas callejuelas con sus mercados, palacios, mezquitas y minaretes, que son un verdadero laberinto donde el mejor de los Android o Iphone con su gps las pasará canutas. La orientación de Ana y Merche en más de una ocasión me dejo a mi y a google maps en dudoso lugar.
Procurar haceros con un plano de la zona para no perderos. Sin darnos cuenta, recorrimos El Mellah al completo entrando de lleno en el antiguo barrio judío, la zona que nos pareció más pobre y descuidada con muchas edificaciones caídas o a punto de hacerlo, salimos del barrio por una pequeña escalera junto al Palacio de la Bahía, dos mundos muy distintos separados por unos pequeños metros y mucha distancia social.
La Medina de Marrakech esta declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1985. Su centro de vida es la gran plaza de Jamaa el Fna y sus zocos y sus arterias son un modelo continuo para la cámara fotográfica.
Plaza de JEMAA EL FNA
Es el centro neurálgico de la Medina y parada obligatoria que además deberás visitar a distintas horas del día. Es una gran plaza de forma irregular y esta viva, despierta somnolienta por la mañana, pero según pasan las horas va surgiendo una frenética actividad. En el centro de la plaza se instalan decenas de tenderetes que sirven comida rápida, pinchos y platos tradicionales cocinados allí mismo a la vista del paseante.
Es un espectáculo de sonidos, olores y colores del que cambia de traje con el día y la noche, zona de compras o comida rápida que se convierte en teatro y zona de espectáculos al caer la noche. Podrás ver encantadores de serpientes, narradores de historias, músicos, vendedores de esencias, curanderos, mujeres que te leen las manos, pintan con genna o echan las cartas, bailarines o simplemente personas que van de un lugar a otro en un continuo río de gentes de todos los colores. Simplemente espectacular y llena de excitación.
No te pierdas los atardeceres desde alguna de sus terrazas, aunque deberás estar muy espabilado para coger un sitio junto al borde y poder sacar las mejores fotos. De allí me traigo muy buenos recuerdos, risas, charlas, confidencias y momentos inolvidables compartidos.
MEZQUITA KOUTOUBIA
En la lengua árabe Koutoubia significa la palabra 'al-Koutoubiyyin', 'bibliotecario' y este nombre proviene porque en ese lugar se encontraban los comerciantes de manuscritos y libreros. Es un lugar de culto para las personas que practican el Islam y no se puede visitar el interior donde realizan la oración cinco veces por día. Su capacidad me asombra, tiene una sala para 25 mil fieles y su altura de 69 metros es el techo de Marrakech, no pudiendo ser superado por ninguna edificación. Es visible desde la plaza Jemaa El Fna y lugar obligado, detrás del edificio hay un buen jardín visitable.
Algunos datos: "La Mezquita Koutoubia es una estructura hito en Marrakech. La construcción del minarete se completó bajo el reinado de Yacoub el Mansour (califa almohade Yaqub al-Mansour), que gobernó entre 1184 y 1199. En el momento en que fue construido, la Mezquita Koutaoubia era una hazaña de ingeniería. Hoy en día es una obra maestra histórica. Los visitantes serán sin duda sorprendido por el gran tamaño del minarete que se convirtió en el ejemplo de modelo para otros minaretes, como la Torre Hassan en la ciudad de Rabat y la Giralda de Selville.
La torre de la Koutoubia tiene sesenta y nueve metros de altura y una longitud lateral de 12,8 metros. El interior de la torre se compone de seis habitaciones que se encuentran uno encima del otro. También hay una rampa que activar el muecín a montar todo el camino hasta el balcón. Existe una leyenda local sobre los globos de oro que adornan la parte superior de la torre. El diseño original sólo tenía tres globos, con el cuarto ser donado por la esposa de Yacoub el Mansour. Al parecer, ella había comido tres uvas durante el período de ayuno de Ramadán, y, sintiéndose culpable por sus acciones, ella se derritió todas sus joyas de oro para crear la cúpula de luz, que ella donó a la Koutoubia."
TUMBAS SAADÍENS
La entrada te parecerá insignificante y más aún el camino de acceso por una callejuela de
no más de un metro de ancho que termina en una pequeña puerta que da acceso a un jardín y a preciosos pabellones, entre ellos el de las doce columnas. Este lugar fue secreto durante siglos y se descubrió en los años veinte por un curioso oficial francés que vio que entre las casas más pobres sobresalían algunos pequeños tejados de color verde e indagó hasta dar con las tumbas.
Este lugar es uno de los más visitados y para ver alguno de los pabellones tuvimos que esperar cola, pero merece mucho la pena. Las tumbas están decoradas con mosaicos de multitud de colores, unos trabajos llamativos que se cubren sobre columnas con unos techos muy trabajados en madera de cedro. Lo dicho, precioso.
A muy poca distancia de las tumbas saadiens está la puerta de Bab Agnau que marca el acceso a la Kasbah. Es una de las puertas más grandes y llamativas de la ciudad y se diferencia del resto porque está hecha en piedra y no en ladrillos de tierra como el resto. Para poder fotografiarla desde el exterior de la Kasbah tuve que hacerlo desde una isleta en el centro de la calle por donde hay mucha circulación de vehículos. Al otro lado, solo las calesas, motocicletas y bicicletas comparten espacio con los peatones.
MADRASA BEN YOUSSEF
Si has visitado la Alhambra de Granada, lo recordarás al entrar a la Madrasa. Su estética se parece y es una joya del arte nazarí. Es un edificio muy llamativo y un bello
monumento que no podemos dejar pasar, no solo por su arquitectura, sino también por su historia. Se llama madrasa, madraza o medersa a la escuela coránica musulmana donde los estudiantes aprenden letra a letra, verso a verso, el libro del Corán y durante el tiempo que duran sus estudios se alojan y viven en ella, de ahí que las habitaciones de los estudiantes se denominen celdas. La madrasa Ben Youssef podía albergar un máximo hasta 1000 alumnos y era una de las más grandes de todo Marruecos.
La Madrasa Ben Youssef se cerró en 1960 y se rehabilitó pasados más de veinte años como edificio turístico. El patio de Abluciones (lugar donde realizaban el ritual de purificación de algunas partes del cuerpo antes del acto religioso es sencillamente precioso, decorado sobriamente con trabajos de estuco, madera de cedro con incrustaciones y azulejos en tonalidades verdes y azules, puertas de madera tallada y el estanque donde se lavaban en medio. A su alrededor se encuentran las habitaciones de los estudiantes, 130 celdas distribuidas en pequeños patios con escaleras y barandillas de madera comunicados por grandes pasillos. Solo algunas privilegiadas celdas tienen ventanales al patio y una sala de oraciones con una cúpula. En cada una de las pequeñas celdas con un mobiliario prácticamente inexistente se alojaban entre seis y siete estudiantes.
PALACIO DE LA BAHÍA
El Palacio de la Bahía es un palacio y un conjunto de jardines que fue construido a finales del siglo XIX, con la intención de ser el palacio más grande de todos los tiempos.
Su nombre significa "brillantez". Como en otros edificios del mismo periodo en otros países, se quería capturar la esencia de los estilos islámico y marroquí. Los jardines tienen una extensión de 8.000 m². Construido a finales del siglo XIX por Si Moussa, gran visir del sultán, para su uso personal, este palacio tendría el nombre de una de sus esposas. El harén incluye un gran patio decorado con estanque central y está rodeado de habitaciones, destinadas a sus concubinas.
Cuando pasas por su puerta no parece que pudiera haber tanto en su interior, es una de las obras arquitectónicas más importantes de Marrakech y llama la atención su enorme patio. Como en otras edificaciones, las columnas y techos de madera de cedro son muy llamativos. Cuenta con salas con vidrieras de múltiples colores. En alguna de sus salas hay techos de madera con detalles incrustados que cuentan con pequeñas cúpulas de dejan entrar la luz creando una atmósfera mágica que llama la atención de todo el que entra en ellas. El ejercicio de cuello es continuo y el espectáculo de sus techos merece la pena.
EL ZOCO
El Zoco de Marrakech es un autentico laberinto de callejuelas, plazas interiores, fondos de saco, puestos y tenderetes donde los marroquíes hacen sus compras y donde intentan hacerse con los euros o dirham de los turistas. Nunca me llamaron la atención los mercadillos, pero esto es otra cosa. Le llaman la cuna del regateo y las normas son las normas, todos los precios se discuten y siempre su precio es inferior a lo que te piden. De cualquier forma eres tú el que da valor o no a lo que compras y si te gusta, adelante.
Nosotros nos incorporamos sin ningún problema al sistema, más allá de los motes que junto con una sonrisa habitualmente utilizaban los vendedores con nosotros, la de las rastas, la bereber o el jefe, que fueron apodos comunes con los que intentaban nuestra confianza. Creo que hicimos buenas compras en general, aunque siempre te preguntas si podrías haber bajado más.
La mayoría de las callejuelas son a cubierto. Algunas de ellas con maderas y otras con techos o lonas y su entramado es tal, que no tardarás en perderte y solo te situarás al volver algún sitio conocido como la plaza Jemaa El Fna. La luz del sol prácticamente no entra y en pleno día tienen luz artificial, quizá sea para que además de la orientación pierdas la noción del tiempo y sigas paseando y comprando. No dejes de verlo, tintoreros, cesteros, ferreteros, ceramistas y multitud de artesanos, ropa, alfombras, lámparas, especias, comida, artículos de regalo, babuchas, artículos de cuero y un sinfín de cosas más que te ofrecerán a tu paso.
EL MELLAH
Como ya os conté, sin darnos cuenta, callejeando, pudimos ver El Mellah o barrio judío que ocupa la parte de la judería del antiguo Marrakech, donde el barrio estaba sellado por un muro y dos puertas que lo separaban del resto de ciudadanos y alojaba a los judíos expulsados de España. En la actualidad su mercado cubierto está perfectamente arreglado y es menos frecuentado por turistas.
Sus calles son más estrechas aún que en el resto de la Medina y muchas de sus casas presentan un aspecto peor. Aquí existen dos sinagogas, que por cierto nos vinimos sin visitar, nos pilló en fin de semana, un día de misas solo para ellos y al siguiente abren a las doce de la mañana. Si volvemos a Marrakech no se nos escapa esta visita.
JARDÍNES DE MAJORELLE
Para visitar los jardines de Majorelle abandonamos la Medina. Está a una distancia considerable y lo más recomendable es coger un taxi que te saldrá por unos 30 o 35 dirham que en nuestro caso tres personas es un euro o poco más por viajero. Lo que más me llamó la atención fue la mezcla de verdes y azules intensos, los primeros de las plantas de todos los rincones del mundo y el segundo en el color de los estanques, adornos de cerámica y por supuesto en la villa de estilo Art decó donde puedes ver una muestra de carteles de Yves Saint Laurent sobre el amor y el precioso Museo Bereber.
Es un lugar donde descansar del ruido del zoco y refrescarse si hace calor. La entrada a los jardines cuestan 70 dirham a los extranjeros (nosotros lo somos) y la entrada al museo Bereber 30 dirham adicionales ya que no es obligada. Como curiosidad, las cenizas del modisto francés están esparcidas por estos jardines.
Como ves, en dos o tres días puedes ver a fondo Marrakech y hacer una excursión a algún lugar próximo, nosotros elegimos Esauira y por el camino ver las cooperativas de mujeres que fabrican el aceite de Argán y las cabras que trepan a los árboles. De ambas cosas traigo fotografías y de la segunda además una estupenda anécdota que os cuento en otro artículo dedicado a la excursión.
Hay cosas que me han llamado poderosamente la atención y tienen que ver con la mentalidad y el funcionamiento social de Marruecos. Los tenderos son hombres, la venta la realizan los hombres y normalmente las compras diarias de comida y bebida también. Por las calles la inmensa mayoría de los habitantes que circulan por ellas o visitan la plaza de Jemaa El Fna son hombres libres de tareas. Durante la noche igual, la plaza se llena de personas de un solo género, el masculino, que disfrutan de los espectáculos mientras las mujeres están en sus casas con "sus labores".
Demasiada distancia social entre géneros en Marruecos y como ejemplo los trabajos de obtención del aceite de Argán que se produce en una zona entre Marrakech y Esauira y donde solo trabajan mujeres, no porque los hombres no puedan hacerlo, dicen que el trabajo es demasiado duro para ellos. O la circunstancia de que los hombres puedan demostrar su amistad en público caminando de la mano y las mujeres no. Pocos días después de volver de Marrakech escuchamos la noticia de que dos adolescentes del mismo sexo habían sido detenidas por darse un beso, menores de 16 y 17 años delatadas por su propia familia a las autoridades.
Como siempre, os dejo algunas imágenes de este maravilloso viajes y las señas de algunos lugares que hemos visitado en estos días como referencia, en todos ellos nos hemos divertido. El mejor recuerdo para ellas, Ana y Merche, que han convertido este maravilloso viaje en algo inolvidable, espero que cuenten conmigo si vuelven a escapar.
Que ver (localización en Google Maps):
Plaza de Jemma El Fna
Palacio de Bahía
Tumbas Saadiens
Jardin Majorelle
La Koutoubia
Madrasa Ben Youssef
El Mellah (barrio judío)
Alojamiento: Riad Amiris. Estilo tradicional. Habitaciones amplias y un patio y terraza con mucho encanto. Tiene muy buena cocina típica y wifi que funciona. El trato muy correcto y educado. Tranquilidad.
Donde comer: Terrasse la Medersa. Junto a la Medersa Ben Joussef, lugar muy tranquilo con buena comida.
Plaza des épices. Aquí hay unos cuantos restaurantes de buenos precios con terraza.
Tomar algo y descansar: Kasbah café. Terraza frente a las tumbas saadiens y la mezquita de la Kasbah.
Le Marrakchi. Terraza con vistas en la plaza Jemaa El Fna. Cerveza.
Café Argana. Hace años sufrió un atentado. Buenos helados y té a la menta. Arco de seguridad.
Compras: Herboriste del Marrakech. Especias, cremas y medicinas naturales para todo lo que imagines.
El Zoco de los artesanos. Junto a la plaza Jemma El Fna. Imprescindible lugar de compra y visita.
Algunas fotos más aquí: 20 Fotografías en Marrakech