¿Cuándo fue la última vez que "volver a intentarlo" te ha dado resultados? ¿Cómo te ha ido cuándo decidiste confiar únicamente en tu fuerza de voluntad? Si los cambios fueran así de fáciles, nadie se preocuparía con la creación de hábitos saludables y productivos - porque ya serían parte de tu vida. La realidad es muy diferente.
Si estás cansada de fracasar una y otra vez en tus objetivos, ahora es el momento de cambiar de estrategia. Te daré algunas pautas prácticas para dejar de intentar, y empezar a actuar.
A la espera de una intervención divina
"Lo voy a intentar otra vez", me dice la amiga que hace tiempo quiere empezar a meditar por las mañanas. "A partir de ahora seré más productivo", me dice un compañero de trabajo a la hora de planificar sus objetivos personales. "Dejaré de aplazar la alarma por las mañanas", le digo a mi pareja en me enésimo intento de sacar el perro antes de empezar el día.
Los propósitos de año nuevo que son iguales a los de año anterior, la batalla con el despertador cada mañana, ... - cuando detectas este tipo de repeticiones, es el momento de parar un momento. ¿Si tu estrategia hasta el momento no te ha funcionado, por qué esperas que a partir de mañana sí funcionará? A no ser que estás esperando una intervención divina, las mismas acciones te seguirán dando los mismos resultados.
Factores claves para cambiar los resultados
Para conseguir un resultado distinto, hay que cambiar algunos de los parámetros que influencian en el resultado. Tienes que tratar la creación de tu hábito cómo un experimento. En vez de alterar los ingredientes químicos de una sustancia, cambias los factores que actualmente no te dan el resultado esperado:
- Tu entorno directo: cambia algo en tu entorno físico para facilitar los resultados. Por ejemplo, para no usar el móvil mientras estás en casa, fija un lugar en el corredor dónde dejarlo.
- Tus herramientas: experimenta con los cacharros y programas que te pueden ayudar. Por ejemplo, para levantarte más temprano cambia el tono del alarma en el móvil, pon el alarma en un lugar que te obligue levantarte, o prueba un despertador de sonidos o de luz.
- Tu sentido de responsabilidad: asegúrate de que otros se vean afectados si tu no cumples con tus planes. Por ejemplo, queda con una amiga para correr el sábado por la mañana para obligarte a salir.
- Tu equipo de soporte: busca quién te pueda apoyar. Por ejemplo, dile a tu pareja que te recuerde ir a dormir temprano para que puedas levantarte por la mañana.
A veces sólo hay que cambiar uno de estos parámetros, otras veces los tendrás que aprovechar todos.
El arte de re-diseñar tus rutinas
Yo quería volver a levantarme temprano para trabajar antes de que se levantaran los niños. Esto me permitiría pasar más tiempo con ellos por la tarde o tomarme una pausa larga durante el día para ir a correr (o escribir este artículo). Era un razonamiento perfectamente racional - que le importaba un pepino a mi yo de madrugada, acurrucada en la manta calentita, aplazando la alarma por séptima vez.
Experimenté dejando el móvil al otro lado de la habitación (por el pesar de mi pareja). Dejé todo preparado para un té la noche anterior. Preparé la ropa que me iba a poner, las tareas que iba a realizar... hasta que empecé a organizar reuniones con clientes y colegas en la franja horaria de 6-8am. Mitad de mi equipo vive en Asia, así que ellos agradecen el horario, y a mí no me cuesta nada levantarme, sabiendo que en 10 minutos me esperan en una llamada.
Ahora que sabes cómo crear un cambio en tu vida, cómo vas a utilizar este conocimiento?