Era la segunda ocasión en que Jordi Melendo me invitaba a este evento singular y especial, que es el encuentro (no sé si exactamente anual) entre bodegueros, comerciantes y escritores del vino. Se trata de que los invitados bodegueros de Jordi expliquen sus vinos, de que Cèsar Cánovas argumente sobre la relación entre el vino y la receta que Sergi de Meià ha preparado y de que los "sufridos" comensales experimentemos, deduzcamos, comentemos, escribamos. Por supuesto, el secreto está en la selección porque todo el juego, toda la gracia del asunto la ponen los grandes protagonistas: quienes hacen el vino. Y ahí Jordi se superó...Conozco poco a Gerard Jané (la verdad, tengo más relación con su hermano Albert), de Jané Ventura, pero la papeleta que le caía encima, con Chus Madrazo (Viñedos del Contino), Nicolas Joly (Coulée de Serrant) y René Barbier (Clos Mogador) de compañeros de sesión, era de las de muy padre y señor mío. Gerard lo hizo muy bien porque eligió a uno de los estandartes de su singularidad: su monovarietal de macabeo Finca Els Camps 2006. Uva (ce cepas mjuy viejas) característica de su tierra, el Penedès, cultivada en altura (450m) pero muy cerca del mar y en suelo franco, carbonatado y de buen drenaje.
Maceración pelicular en frío, fermentación en barrica de roble francés (4 meses), reposo en bodega dan un vino (2006!) que está dando sus primeros pasos pero que necesita, todavía, buena evolución en botella: potente, con casta, flores de jazmín al principio, membrillo maduro, mentolados, orégano y algo de grasa fueron sus cartas de presentación. El glicérico y poderío del vino no fueron los mejores aliados para la extraordinaria trucha de Tabascán de Sergi, con sus huevas y variedad de retazos de primavera, entre los que destacó la amapola. El compañero ideal para este plato estaba por llegar, y venía del Loire, de la única AOC francesa (que yo sepa), que lleva el nombre de su bodega: Vignobles de la Coulée de Serrant, en el Loire, Savennières. Para hablar de Nicolas Joly tendría que escribir varios posts...y ahora y aquí, no toca. He leído todo lo que ha escrito, he bebido todos sus vinos, he escuchado sus explicaciones (exprés y no) sobre la biodinámica. Y en esta cena, nos hizo una explicación rápida y contundente. A mí, ya lo sabéis, no tenía que convencerme de nada. Pero confieso que el debate que suscitó el dueño de una bodega en el Priorat entre Chus Maf¡drzo y Nicolas Joly, más las largas charlas (antes y durante la cena) que pude tener con él, han sido una de mis experiencias vínicas más apasionantes.
El vino para la trucha era, por supuesto, el de Nicolas: Coulée de Serrant 2007 (AOC Coulée de Serrant). Son tierras que se vienen cultivando desde 1130 (benditos Cistercienses) y la chenin blanc (cepas entre 40 y 80 años, con alta densidad de población) es su seña de identidad. No hay más. Fermentación en madera (¡sólo el 5% es nueva!) y quiero sólo destacar que es de los pocos casos que conozco en que la biodinámica se practica de forma integral, desde el campo hasta la venta del vino: ¡Joly huele de una manera extremadamente especial! A campo, a natural, a jabón de Marsella. Los que bebemos este tipo de vinos sabemos bien que no todas las botellas saldrán perfectas, pero aquí tengo que decir que este 2007 (que no había probado antes) olía como su dueño: limpio, fresco, agua de manantial, fuerza, exhuberancia, pasión, pureza. No hay trampa ni cartón: este vino es como un rayo de luz sobre el río de aguas claras. Profundidad mineral para una agricultura que, cuanto más natural és, menos ayuda precisa de la enología. Humus, hongos, tisana de apoteca, horas en copa y no pierde ápice de sus cualidades. Tomen nota: 2008 y 2009 serán años mucho más interesantes para este Coulée de Serrant.
Chus Madrazo intervino tras Joly. Pensaría uno que era mal lugar, tras la explosión de Loire, de biodinámica y de chenin blanc. Pero Chus es mucho Chus y su Viña del Olivo de Contino 2007 es un vinazo, se tome tras lo que se tome. Chus es la quintaesencia de la Rioja y se conoce su tierra como si se tratara del regazo de la mujer querida. Explicó con minuciosidad las características de la Finca San Rafael y hubo amplio y entretenido debate sobre si otros métodos de laboreo (sobre todo eso, de trabajo en la finca que le presenta problemas de drenaje en la parte más cercana al Ebro) podrían dar mejores resultados. Y ahí salió el mejor Chus, el más honesto y humilde, profundo conocedor de lo suyo y de una tradición (él bien lo sabe) que tiene que seguir mejorando (¡hasta donde le dejen!: ojalá él fuera propietario y responsable único de lo que hace en Contino), también en términos de cultivo ecológico y, quizás, de sistemas de cubierta vegetal. Su Viña del Olivo 2007 tiene las uvas de la tierra (como los anteriores), tempranillo y graciano (12% en 2007, la famosa graciano de Chus). La maloláctica se hace en barricas francesas, americanas y hungaresas y el trasiego y posterior afinamiento del vino, en barricas nuevas de roble francés y americano, durante 17 meses. 1 año de botella en el calado de la bodega y a la calle. Es un decir, claro, porque si hay vinos que necesitan años de cariño en botella bien conservada, éstos son los de Chus Madrazo y los de René Barbier. El Olivo sacó todo su músculo, su madera y sus terciarios y dejó para una hora después la gracia y frescura de la graciano. Mineralidad de la tempranillo, taninos de la madera, eucaliptus, anís estrellado, tonos herbáceos, para un vino de una gran añada en Contino, que necesita del mimo de los años.
Como ya habéis deducido, la cosa terminó en apoteosis porque el maestro René Barbier fue el último. Muchos años de trabajo, muchos de pisar el terreno y muchos de hacer vinos para la historia del nuevo Priorat nos contemplan. Pero él no es así. Como todos los grandes viticultores, payeses de la uva, es sencillo, franco, amable y directo. Dice lo que piensa y punto. Él (y los que hemos pisado sus viñedos, bebido sus vinos y hablado con él) sabe qué hace y no le hace falta la más mínima ceritificación. Bien, sí, una le gistaría: que la DOQ Priorat le permitiera reconocer, en la etiqueta, que la biodinámica que él practica desde hace años es la propia del Priorat. ¡Sí! No pongáis esa cara: uno de los principios básicos de la biodinámica es, precisamente, que no hay dos métodos iguales. Y que cada zona, cada uva, cada terruño, cada viticultor tiene que encontrar su manera. Y René lo ha hecho. Sus máximas: "que mi viñedo sea feliz, que mi familia sea feliz, que mi vino haga feliz". Si el viñedo es feliz y se encuentra a gusto, la uva que se haga en él dará un vino bueno. Pocos secretos hay en esto, ¿verdad? Pues ahí está el Clos Mogador de René Barbier para irlo confirmando. 2008 fue la añada presentada y como ya pasara con el Olivo, topamos de nuevo con un vino que necesita años para expresar todo lo que lleva dentro: ni más ni menos que la parte central del Priorat. Estilete en nariz, gran finura y percepción clásaica, pero todavía densidad en boca y peso del alcohol en el paladar. Punto de farmacopea clásica en la rebotica y regaliz de palo de nuestra infancia. Démosle ese buen afinado en botella y el vino nos dará la auténtica dimensión de la alma que esconde.
Finaliza ya esta larga crónica de una extraordinaria cena de primavera del año de gracia de 2011. Aprendimos mucho, lo pasamos bien, reímos, comimos de primera y, al final, Nicolas Joly nos montó un pequeño auto sacramental (casi como si estuviéramos en Elche...). Sin descender de bóveda alguna, Nicolas nos anunció la verdad. Sin trompetas ni serafines que le acompañaran: con un Chus Madrazo divertido y desbordado por su banda izquierda. Con su servidor de Ustedes, descuajaringado y desbordado por su banda derecha, Nicolas Joly vio la luz. Y nos explicó cómo era. Quién tuviera un Fra Angelico a mano para ocasiones como ésta...