5 Soles para 5 Humanidades

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

Mitología comparativa entre aztecas e incas

México: aztecas, los coleccionistas de... culturas El mito de los cinco Soles: experimentos con las sustancias
En Mesoamérica, los aztecas creían que había otros Mundos antes del suyo, iluminados por cinco Soles; cada uno tenía una duración de 260 días, (al igual que uno de los dos ciclos del calendario de los mayas).

Ellos se identificaban con cinco deidades correspondientes y cuatro Humanidades: Cada Sol estaba conectado, respectivamente, con la Tierra, el viento, el fuego o el agua. Estos elementos componían o destruían aquellos Mundos.

El primer Sol - Ocelotonatiuh (el del jaguar)- fue el creador del fuego, del cielo, de la Tierra, del mar, del Mundo de Abajo, de la primera pareja de seres humanos y del calendario sagrado. En la Tierra habitaba una raza de gigantes, que fue devorada por una manada de jaguares que salieron del mar. Los aztecas afirmaban que los fósiles de mamut, encontrados cerca de Tenoxtitlán -su antigua capital-, eran los huesos de aquellos gigantes.

El segundo Sol, Ehecatonatiuh, fue el creador del viento. La humanidad de ese mundo fue arrastrada por huracanes. Los nativos dicen que los monos que corren horrorizados entre las ramas de los árboles son los descendientes de aquellos hombres primitivos. En el , el libro sagrado de los mayas de Guatemala, hay referencias a semidioses que se habían transformado en monos.

El tercer sol, el Quiauhtonatiuh, fue el de la lluvia. La humanidad fue destruida por una lluvia feroz -tal vez lava de los volcanes del valle de Anáhuac en el centro de México. Los descendientes de estas personas son los pavos.

El cuarto sol - Atonatiuh - era el del agua. La humanidad se ahogó, entonces, en una inundación. Los peces que conocemos hoy son las almas de esas personas. La destrucción cataclísmica de la segunda humanidad de madera también se encuentra como referencia en el Pópol Vuh.

El quinto Sol, el Nahui ollin, que significa: "4-terremoto" (no: terremotos), fue creado en la metrópolis de Teotihuacán de la civilización homónima. Su nombre revela nuestro futuro fatídico...

En la tradición de los mayas, que viven en regiones mexicanas y guatemaltecas, el sexto Sol fue el que trajo el retorno del héroe cultural, rey y dios Kukulk'an (la Serpiente Emplumada). Cuando los conquistadores españoles llegaron a Yucatán el 27 de febrero de 1520, los nativos, pensando que eran sus dioses -quienes habían regresado (como les habían prometido)- los adoraron, perdiendo así para siempre su independencia y su identidad nacional.

Los cinco Soles repiten la creación del mundo en el Sur Perú: incas, los unificadores culturales

Al igual que los aztecas en México, los incas en el Perú, dividían las dinastías de sus reinos prehistóricos en milenios y períodos que resultaron en cataclismos. Cada uno de esos períodos de tiempo correspondía a un Sol y a una humanidad diferente.

La primera Era fue la de Wari Wiraqhocha runakuna, el pueblo de Virakocha, el dios de las aguas -algo parecido al tercer y el cuarto Sol azteca.

La segunda Era fue la de Wari runakuna, el pueblo sagrado.

La tercera fue la Era de las personas salvajes Phurun runakuna. Los guerreros Awka runakuna correspondían a la cuarta temporada.

El Sol de la primera Era fue destruido por enfermedades y guerras, según los presagios funestos.

Al final del segundo período, el Sol se cansó y se negó a ofrecer su luz a la Humanidad durante 24 horas. A pesar de los sacrificios ofrecidos por la gente a los dioses, aquel mundo fue quemado por un fuego celestial, como había ocurrido también con el tercer Sol de los aztecas.

El tercer Sol de los incas terminó en una inundación, como hizo el cuarto de los aztecas, y también la segunda humanidad del Pópol Vuh.

El final de la cuarta temporada solar no corresponde a ningún desastre cósmico: las personas se volvieron flácidas, indiferentes y sin iniciativa, y se involucraron en abusos sexuales.

La Humanidad volvió a nacer, por quinta vez, y por Mallku Qhapaq, uno de los cuatro hermanos Áyar -los espíritus imperiales- que salieron de la cueva de Paqariqtanpu, cerca del Cuzco -en Perú- quien, después de haber derrotado a sus hermanos, fundó el Imperio Inca en los cuatro puntos cardinales, llamado Tawantinsuyu.