Hoy deseo compartir algunas de las recetas publicadas en el blog especialmente para aquellos que se encuentran lejos de casa.
Son recetas de toda la vida, de esas que te hacen extrañar a tu país cuando estás lejos. Somos lo que comemos y lo que comemos se convierte en parte de nuestra identidad.
Particularmente pienso que lo que aprendemos a comer y apreciamos de pequeños es lo que más se arraiga, hay un factor emocional que va asociado no solo con lo que comemos sino tambien con el recuerdo que nos produce al comerlo.
Yo no puedo olvidar el dulce de leche cortada que hacía mi tía, ni los yoyos de tajada con queso que preparaba mi mamá (mamá si lees esto acuérdate de hacerme algunos la próxima vez que vaya para la casa) éramos niños (o no tanto) y disfrutábamos contentos aquellos manjares. Todos tenemos un platillo favorito, ese que nos transporta a épocas menos complicadas y más felices, cuando estábamos todos juntos y la vida parecía sonreír.
Así que para mis amigos y familiares que estaban pero ya no, que por alguna razón tuvieron que dejar el terruño, dedico estas recetas para que puedan hacerlas donde quiera que se encuentren y dejen de estar enguayabaos aunque sea durante un ratico.
Arepitas dulces de anís.
Yo recuerdo que las de mi tia eran las mejores del mundo, las freía en un caldero y se inflaban como un globo, dulces, crujientes y con ese sabor a anís y papelón tan característico. Si quieres que tus hijos/sobrinos/nietos te recuerden con cariño debes aprender a hacerlas ya.
Tequeños.
Buñuelos de yuca.
Golfeados.
Cachapas de maíz tierno.
Pastelitos de ricotta.
No debe ser fácil estar alejado de nuestros afectos, sepan mis queridos emigrados, que para los que quedamos aquí tampoco lo es.
¿Tienes alguna receta de esas que te transporta a los tuyos y no sabes cómo prepararla? nómbrala en la sección de comentarios y veré qué puedo hacer por ti.
¡Felíz fin de semana!
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