Cuando comienza la temporada nos encontramos con un nuevo equipo, siempre hay cambios, por pequeños que parezcan, las personas evolucionan, sus intereses cambian, al igual que sus circunstancias. En definitiva, iniciamos un nuevo Proyecto que como entrenadores toca liderar.
En este sentido, me parece muy interesante aplicar en el ámbito deportivo las 6 reglas del liderazgo de Andy Cohen.
1. Sudar la camiseta: Demostrar el esfuerzo, la lucha. Si tu equipo ve cómo te esfuerzas y trabajas por ellos , los vínculos emocionales se verán reforzados. 2. Crear un desafío: Una meta u objetivo que los convenza para que se comprometan. Los desafíos adecuados refuerzan el compromiso y la motivación. En deporte base, es preferible que sean objetivos de rendimiento más que de resultado. Por supuesto, siempre realista.
3. Crear una experiencia sostenible: Una vez definido el objetivo que convenza a tu gente, debes encontrar la forma de mantenerlo, no puede desvanecerse a la primera de cambio. Hay que estar preparado para superar adversidades.El camino para lograr el desafío no puede borrarse. Preparar objetivos intermedios y a corto plazo te ayudarán.
4. Ser transparente: todo el mundo sabe lo que haces, es visible tu esfuerzo, tu compromiso, incluso tus errores. Si saber rectificar y aprender de ellos, tu liderazgo probablemente se vea reforzado. Trabajas para el equipo, “no hay Ases en la manga”.
5. Ser humano: significa compartir algo tuyo con otra persona, esto no significa que te muestres vulnerable, puedes demostrar habilidades positivas, sentido del humor, encanto social, solidaridad, etc. Ante todo estás con personas, en muchos casos muy jóvenes, que ven en ti un modelo a seguir, no sólo enseñas técncia y táctica.
Lo que está claro, es que como entrenadores, es importante saber gestionar las emociones, a parte por supuesto, tener los conocimientos adecuados. Se gestionan personas, podemos llamarlo dirigir, canalizar, liderar, capitanear, etc… Pero de lo que se trata es que crean en vosotros, en vuestra capacidad para tomar las decisiones correctas, justas, en los conocimientos y en vuestras habilidades personales para lograr los objetivos propuestos.