(Néstor Tazueco, 08/03/2011, Varsovia)
Hoy, 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer. Una jornada centenaria que, con el paso de los años,ha ido perdiendo su carácter reivindicativo para convertirse en una noche de fiesta y strippers, una jornada de negocio de las floristerías o una fecha señalada en las cocinas de los restaurantes. Es una pena que ya no se recuerde a las cerca de 140 mujeres que murieron quemadas en una fábrica textil de Nueva York o los millares de personas que reivindicaron la igualdad sexual por las calles de Copenhague a principios del siglo XX.
Aquí, en Polonia, el 8 de marzo es un día bastante descafeinado. No hay movilizaciones (excepto contadas y minoritarias excepciones), ni reivindicaciones, ni feministas en la televisión; nada de nada. Tan sólo se regalan flores, tulipanes para ser más exactos; pero no muchos, uno. Resulta rallante a lo ridículo ver a muchas mujeres con un triste y mustio tulipán con el tallo envuelto en papel de aluminio en la mano.
Y pienso: “Por el amor de Dios, pero ya que regalas, ¡regala un ramo!”. Que feo queda un sólo tulipán medio muerto, que ridículo y esperpéntico. Pero es que la ley del mercado manda: 1 zloty = 1 tulipán. Ahora entiendo el por qué. Que fácil y barato sale contentar, que simple y económico resulta callar.
Y me vuelvo a preguntar: Tal vez, si las mujeres polacas (y me centro en ellas porque es aquí donde vivo) no exigen nada más en su día, será por qué ya lo tienen todo.
Pues no, más bien todo lo contrario.
En Polonia existen muchas desigualdades entre los hombres y las mujeres. Por ejemplo salariales, entre personas que ocupan el mismo cargo (alrededor de un 20%), o de posibilidades para ascender, alegando como un motivo de peso que las mujeres se pueden quedar embarazadas. ¿¡Y no pasa nada?! No salen a las calles, no denuncian en el Tribunal de los Derechos Humanos, no se crean organizaciones… Nada. Hoy el jefe compra un tulipán a cada una de sus trabajadoras y nadie se acuerda de ello. “Es un detalle bonito”, dicen. Pero no sólo eso.
¿Existe el maltrato de género en el país? ¿Cuántas mujeres fallecen a causa de las palizas o asesinadas por sus parejas? ¿Cuántas denuncian o salen a las calles magulladas? Si preguntas a un polaco te dirá que esto no es un problema en su país. Que en España estamos locos y somos unos maltratadores. Ejem Ejem…
España: 2011 – 66 mujeres asesinadas
Polonia: 2009 – (cifras no oficiales*)más de 150 mujeres asesinadas.
*No oficiales porque no existen estudios, recuentos, ni nada que estime, oficialmente, el número. En Polonia, la ley no contempla la violencia de género como una delito, sino que se incluye en el concepto “Violencia del Hogar”, donde las cifras se diluyen junto a las denuncias de padres a hijos, vástagos a genitores… Así que esta cifra se basa en cálculos de diferentes ONGs.
No es que en España los hombres sean una panda de machistas matamujeres, sino que en España se ha aprendido que no hay que silenciar el problema, y los medios de comunicación se han concienciado para sacar a la luz hasta el último caso. Mientras, en el resto de Europa, se hace mutis ante este problema. Amnistía Internacional denuncia que la violencia de género “sigue siendo invisible” en la UE: “Eslovenia, Finlandia, Grecia, Holanda, Hungría, Lituania, Polonia y Rumania no registran información sobre violencia de género ni en las comisarías, ni en los juzgados; y otros como Austria, Bulgaria, Estonia, Italia o Malta ni siquiera tienen legislación o planes de acción para abordar la violencia”.
¿Dónde estará la Bibiana Aído polaca? Pues aquí, Elzbieta Rasziszewska, plenipotenciaria para la Igualdad de Trato, el 7 de Noviembre de 2011 hizo gala en la televisión de su concepto de igualdad y respeto. Primero declaró que una institución educativa religiosa tiene derecho a despedir o no contratar a una persona por su orientación sexual, y más tarde al revelar públicamente la homosexualidad de un abogado con el que estaba debatiendo en un programa, y usarlo como argumento contra él. Todo un ejemplo.
Que las autoridades, los políticos o los medios de comunicación no hagan nada para ayudar a las mujeres es una realidad, pero no es excusa para que las ellas no levanten la voz. En vez de contentarse con tulipanes, hoy es el día para reclamar sus derechos. Qué barato sale esconder lo que apesta: 1 zloty.