La presencia de maquillaje en la película lagrimal está relacionada con peor visión. Ocho de cada diez entrevistadas se maquillan los ojos más de tres veces por semana, "y muchas de ellas manifiestan dificultades en la visión que mejora con el parpadeo ya que éste aclara momentáneamente los restos de maquillaje", según el doctor Javier Hurtado, director médico de la Fundación y autor de la investigación realizada a 100 pacientes. El uso del maquillaje durante toda la vida "puede tener consecuencias a largo plazo en el ojo, sobre todo en un ojo más sensible".
El maquillaje es aún más lesivo en quienes usan lentes de contacto, ya que agrava los riesgos asociados a las mismas, como ojo seco e irritación, pero también infecciones. "La consecuencia más leve son molestias e intolerancia a la lentilla pero lo más grave puede ser favorecer infecciones, que en los portadores de lentillas son mucho más graves, por una bacteria que se llama pseudomona, que a veces son muy difíciles de tratar y que pueden dejar cicatrices en la córnea". De las mujeres que utilizaban el delineador, la mitad lo usaban en la base de las pestañas y la otra mitad por dentro de las pestañas, "con lo que el ojo está más expuesto a molestias, enrojecimiento, conjuntivitis tóxica o intolerancia a las lentes de contacto", según el doctor Hurtado, quien recomienda que el delineador, el rímel y la sombra de ojos se apliquen por fuera de la pestaña.
Respecto al tipo de productos que se utilizan para realzar los ojos, ocho de cada diez emplean más de un producto y dos de cada tres utiliza rímel, sombra de ojos o delineador. La mitad de las entrevistadas emplea cremas específicas. Los productos utilizados para desmaquillarse pueden ser más peligrosos, advierte el doctor Hurtado, debido a que los disolventes alteran la lágrima. Además, "al desmaquillarse durante muchos años se desarrolla más laxitud en el párpado, la piel se arruga más, y puede que el párpado se estire hacia fuera o hacia dentro o incluso que aparezcan bolsas". Para desmaquillarse, el 34% de las encuestadas utilizaba leche limpiadora, el 30% productos especiales, el 16% gel, el 6% toallitas desmaquilladoras y el 4% agua micelar. Un 10% usaba otros productos. Sin embargo, el 78% de las entrevistadas reconoció que no había mirado nunca la composición de los cosméticos que utiliza.
Entre los componentes y tintes utilizados en el rímel y en el delineador se encuentran solventes como el isododecano, formadores de película, conservantes y ceras de origen animal, vegetal y mineral; así como pigmentos y polímeros fijadores. Los maquillajes con resistencia al agua contienen además disolventes similares a la pintura al óleo "el aspecto es muy similar", explica la maquilladora profesional Carmen Otero. El rímel que pretende dar a las pestañas una apariencia más larga contiene fibras de nylon que se adhieren a ellas "y que puede provocar sensación de cuerpo extraño o molestias conforme avanza el día, sobre todo cuando contiene compuestos nacarados".
En un estudio sueco publicado en el International Journal of Cosmetic Science se evaluaron siete máscaras o tipos de rímel y dos de ellas indujeron un enrojecimiento de la piel cuando se aplicaron en una piel normal. Las dos se basaban en una emulsión convencional con estearato como emulsificador principal, una sustancia irritante que podría causar más molestias o problemas en pieles sensibles o con enfermedades. Las revisiones de ingredientes cosméticos realizadas por paneles de expertos para la Administración norteamericana en 2008 concluyeron que componentes como la hexamidina, que se emplea en rímeles, cremas y delineadores "son seguros en concentraciones inferiores a 0,1%", al igual los ingredientes derivados del capsicum, del ácido glicirrético (ácidos y sales), del alcohol n-butil o de otros alcoholes. A pesar de ello, todos estos informes, publicados en la revista International Journal of Toxicology, indican que "hay falta de conocimiento en las dosis aplicadas así como falta de información sobre su presencia en productos de limpieza, higiene o maquillaje".a presencia de maquillaje en la película lagrimal está relacionada con peor visión. Ocho de cada diez entrevistadas se maquillan los ojos más de tres veces por semana, "y muchas de ellas manifiestan dificultades en la visión que mejora con el parpadeo ya que éste aclara momentáneamente los restos de maquillaje", según el doctor Javier Hurtado, director médico de la Fundación y autor de la investigación realizada a 100 pacientes. El uso del maquillaje durante toda la vida "puede tener consecuencias a largo plazo en el ojo, sobre todo en un ojo más sensible".
El maquillaje es aún más lesivo en quienes usan lentes de contacto, ya que agrava los riesgos asociados a las mismas, como ojo seco e irritación, pero también infecciones. "La consecuencia más leve son molestias e intolerancia a la lentilla pero lo más grave puede ser favorecer infecciones, que en los portadores de lentillas son mucho más graves, por una bacteria que se llama pseudomona, que a veces son muy difíciles de tratar y que pueden dejar cicatrices en la córnea". De las mujeres que utilizaban el delineador, la mitad lo usaban en la base de las pestañas y la otra mitad por dentro de las pestañas, "con lo que el ojo está más expuesto a molestias, enrojecimiento, conjuntivitis tóxica o intolerancia a las lentes de contacto", según el doctor Hurtado, quien recomienda que el delineador, el rímel y la sombra de ojos se apliquen por fuera de la pestaña.
Respecto al tipo de productos que se utilizan para realzar los ojos, ocho de cada diez emplean más de un producto y dos de cada tres utiliza rímel, sombra de ojos o delineador. La mitad de las entrevistadas emplea cremas específicas. Los productos utilizados para desmaquillarse pueden ser más peligrosos, advierte el doctor Hurtado, debido a que los disolventes alteran la lágrima. Además, "al desmaquillarse durante muchos años se desarrolla más laxitud en el párpado, la piel se arruga más, y puede que el párpado se estire hacia fuera o hacia dentro o incluso que aparezcan bolsas". Para desmaquillarse, el 34% de las encuestadas utilizaba leche limpiadora, el 30% productos especiales, el 16% gel, el 6% toallitas desmaquilladoras y el 4% agua micelar. Un 10% usaba otros productos. Sin embargo, el 78% de las entrevistadas reconoció que no había mirado nunca la composición de los cosméticos que utiliza.
Entre los componentes y tintes utilizados en el rímel y en el delineador se encuentran solventes como el isododecano, formadores de película, conservantes y ceras de origen animal, vegetal y mineral; así como pigmentos y polímeros fijadores. Los maquillajes con resistencia al agua contienen además disolventes similares a la pintura al óleo "el aspecto es muy similar", explica la maquilladora profesional Carmen Otero. El rímel que pretende dar a las pestañas una apariencia más larga contiene fibras de nylon que se adhieren a ellas "y que puede provocar sensación de cuerpo extraño o molestias conforme avanza el día, sobre todo cuando contiene compuestos nacarados".
En un estudio sueco publicado en el International Journal of Cosmetic Science se evaluaron siete máscaras o tipos de rímel y dos de ellas indujeron un enrojecimiento de la piel cuando se aplicaron en una piel normal. Las dos se basaban en una emulsión convencional con estearato como emulsificador principal, una sustancia irritante que podría causar más molestias o problemas en pieles sensibles o con enfermedades. Las revisiones de ingredientes cosméticos realizadas por paneles de expertos para la Administración norteamericana en 2008 concluyeron que componentes como la hexamidina, que se emplea en rímeles, cremas y delineadores "son seguros en concentraciones inferiores a 0,1%", al igual los ingredientes derivados del capsicum, del ácido glicirrético (ácidos y sales), del alcohol n-butil o de otros alcoholes. A pesar de ello, todos estos informes, publicados en la revista International Journal of Toxicology, indican que "hay falta de conocimiento en las dosis aplicadas así como falta de información sobre su presencia en productos de limpieza, higiene o maquillaje".
Fuente: LaFlecha.net