La película narra la historia de tres relaciones de treintañeros: una que surge durante la película (formada por el propio Radnor y Kate Mara, mi nuevo fetiche del mes), otra que está a punto de alcanzar el ecuador de su nivel de compromiso y otra que trata de abrirse camino a pesar de ciertos desastrosos y respectivos precedentes. Tres momentos cruciales en todo romance que, con los consabidos contrapuntos cómicos, aportan el clásico punto de vista indie y coral a esta producción primeriza.
Happythankyoumoreplease (2010) --así, escrito todo junto-- me parece una película conscientemente contenida, precisamente para evitar caer en el adocenamiento acaramelado. Y es que a veces bastan diez segundos sobre la mesa de montaje para marcar la diferencia: finalizando la escena cuando ya sabemos que habrá reconciliación, beso o intercambio de frases emotivas, evitando recrearse en la obviedad pastelosa; o retrasando ese mismo tiempo la entrada de la música en los momentos perfectos. Radnor sabe que transita por un género que se ha convertido en una autopista, razón por la cual es difícil distinguirse del resto, así que al menos evita caer en los mismos errores y tópicos. Si además de todo esto, sucede que esos mismos momentos perfectos te pillan con la guardia baja y la emotividad se cuela por la puerta de atrás gracias a unos diálogos originales (modificaciones moleculares que hacen que, un segundo después de enamorarte del tipo que no te va en absoluto, le veas completamente diferente e incluso atractivo) pues es seguro que la película ha cumplido su función con creces.
Mención final, una vez más, para la banda sonora, cuidadosamente seleccionada entre un gran repertorio de bandas acústicas (de esas cuyos poco conocidos nombres gustan de exhibir los iniciados) y letras con la dosis adecuada de languidez soñadora y ritmo evocador. No había pasado ni una hora desde que salí del cine que ya la tenía como lista personalizada en mi Spotify. Me sorprende que los productores no se hayan molestado en publicarla de forma oficial en esta plataforma porque es una inmejorable mercadotecnia viral.
En fin, que Happythankyoumoreplease consigue evitar convertirse en la pastelada romántica al uso, y sin ser desopilante ni de argumento completamente original al menos presenta tipos humanos creíbles en sus contradicciones. Respiro aliviado: todavía hay esperanza para un género amenazado por el colapso.