De acuerdo con investigadores, comparadas con las personas delgadas, es más probable que aquellas que tienen sobrepeso coman más rápido, que coman a escondidas, que mordisqueen la comida sin estar conscientes de ellos y que sigan comiendo cuando estén llenos.
Cuando no se está completamente inmerso en los placeres conscientes del comer -saborear, admirar y degustar cada trozo de comida- se tiende a empacar bocado tras bocado durante 20 minutos más o menos hasta que la primera señal de “Estoy satisfecho” pueda ser mandada por el cerebro.
Por lo tanto, cuando coma, no haga otra cosa más que comer, aparte de disfrutar una conversación placentera a la hora de la comida.
En la mayoría de los casos, esto significa no comer cuando esté viendo la televisión, cuando esté manejando el auto, leyendo un periódico o revista, escribiendo una carta o hablando por teléfono.
La mayor parte del tiempo tiene sentido el comer sólo en uno o dos lugares de su casa -en la mesa de la cocina o la mesa del comedor, por ejemplo.
Cuando comes en cualquier parte o en todas partes -en la cama, en su escritorio, frente a la televisión o mientras lee en su sillón- es muy fácil ingerir alimentos inconscientemente y no disfrutar realmente un solo bocado.
Está bien comer uno de sus tentempiés favoritos bajos en calorías mientras ves un programa especial en la televisión o una película, pero claramente escoje por anticipado la comida y la cantidad -y lleva a tu asiento esa proción específica, no el recipiente o la bolsa completa.
Tómate unos cuantos segundos antes de comer para disfrutar de la apariencia y aroma de su comida. Esto inicia el efecto termogenético de quema de calorías aún antes de que ingieras el primer bocado y eso te hará sentir que estás capturando más del placer entero de comer.
Mastica a conciencia, ya que el masticar cada bocado juega un papel importante en qué tanto placer deriva de cada caloría baja en grasa.
Reduce la velocidad con la que comes, en especial durante los primero cinco minutos de la comida.
Un estudio hecho en la Universidad de Pensilvania reportó que aquellas personas que incrementaron la duración de su comida -por un promedio de unos cuatro minutos- perdieron más grasa corporal que aquéllos que comieron más rápido. Y aquellas personas que hicieron una pausa de 15 minutos antes de servirse una segunda ración de comida se sintieron más llenos y más satisfechos -sin tener que comer más.
Fuente: Robert K. Cooper